Tributo en la universidad local a un yucateco
ilustre
Juan García Ponce retornó a su origen
después de dos décadas
LUIS A. BOFFIL CORRESPONSAL
Merida, Yuc., 28 de febrero. Más que un
foro para hablar sobre la obra de un ilustre yucateco, el salón
Manuel Cepeda Peraza de la Universidad Autónoma de Yucatán
tuvo el ambiente de una tertulia literaria. No era para menos. Después
de dos décadas de ausencia, Juan García Ponce retornaba a
la tierra que lo vio nacer.
-Que 20 años no es nada ?como dice el tango interpretado
por Carlos Gardel.
Así es. Juan estaba, finalmente, en su hogar.
La universidad, en esta ocasión, le brindó cobijo y Carlos
Monsiváis lo llamó ''yucateco ilustre''.
Monsiváis empezó su plática ante
un auditorio casi lleno, entre familiares de García Ponce y decenas
de estudiantes que acudieron para conocer en persona al renombrado escritor
y ensayista.
''Todos ustedes son ilustres yucatecos, pero en especial
Juan García Ponce es, más que nadie, ilustre'', expresó
Monsiváis, quien durante 60 minutos recreó anécdotas,
citas y pensamientos de García Ponce.
Se recordó cuando escribió El canto de
los grillos, su primera obra teatral. En voz de su interlocutor, Juanito
?como le llaman sus familiares? recordó los esfuerzos de su padre
para convertirlo en empresario.
?No vas a llegar a ningún lado y te vas a morir
de hambre? le advirtió su padre. De allí partió a
Europa y cuando retornó al país, ya había definido
su vocación.
El prurito sobre los apellidos de la familia no podía
faltar. Monsiváis aseguró que García Ponce son muy
comunes entre la llamada casta divina ?que según el escritor era
la casta maldita (desde el punto de vista que se observe)? y nunca incomodaron
a Juan. En su obra, sus apellidos ''son un ataque frontal contra los que
se ufanan de ser aristócratas en tierra de indios''.
-¿Qué es la escritura para García
Ponce y qué es para Monsiváis? ?interrogó una estudiante.
-Para Juan es la posibilidad de casi no tener tiempo para
nada; para mí es la oportunidad de no hablar tanto por teléfono
?respondió Monsiváis.
En tertulia familiar una hermana narró que Juan
se inspiró, para escribir El canto de los grillos, en algunos
invitados que acudieron a la casa de la familia.
-De allí sacaste a los personajes, Juan, ¿te
acuerdas? ?dijo ella enternecida. Una cálida sonrisa, llena de vida
y de cariño, fue la respuesta. Al final, por medio de su hermano
Carlos y de su inseparable asistente, García Ponce rubricó:
''Estoy muy contento de estar en la universidad en su 80 aniversario. No
debo decir más, porque sería interminable''.