Transformaron el cártel del Pacífico en casi una empresa
La banda de Ramón y Benjamín, de las de mayor penetración en EU
JORGE ALBERTO CORNEJO Y GUSTAVO CASTILLO
Hijos de Francisco Arellano Sánchez, un humilde mecánico automotriz que trabajaba en Mazatlán, Sinaloa, Benjamín y Ramón Arellano Félix se convirtieron en los cabecillas del cártel de Tijuana con el apoyo de su tío Jesús Labra Avilés, El Chuy, quien en los años 80 quedó al frente de la organización que en ese entonces manejaba la familia Machí Ramírez.
A la muerte de los hermanos Machí Ramírez, lo que inicialmente se conoció como el cártel del Pacífico, se fue transformando hasta alcanzar la estructura de una empresa trasnacional y conformar lo que hoy se conoce como el cártel de Tijuana.
Según los informes de las autoridades mexicanas y estadunidenses, Benjamín y Ramón Arellano son los líderes de la organización que es considerada como una de la más sanguinarias que opera desde México; sin embargo, quienes se apoderaron de las rutas y contactos de los Machí Ramírez, fueron Manuel Aguirre Galindo, El Caballo, y El Chuy Labra, éste último detenido el año pasado por efectivos militares y agentes de la Procuraduría General de la República (PGR), en Baja California.
Aguirre Galindo no ha sido detenido, pese a que desde hace años se le veía transitar libremente por Baja California.
El Chuy Labra, en cambio, fue apresado años después de haber llevado a sus sobrinos a convertirse en dos de los más conocidos narcotraficantes de cocaína, mariguana, y drogas sintéticas en sociedad con organizaciones colombianas y asiáticas.
Los Arellano Félix controlan actualmente, según autoridades estadunidenses, dos de las principales rutas de tráfico de estupefacientes en el mundo, el corredor entre Baja California y California -para abastecer el mercado negro de Estados Unidos- y el llamado Triángulo Dorado, formado por Tailandia, Laos y Birmania.
Nacidos del matrimonio entre Francisco Arellano Sánchez y Norma Alicia Félix Zazueta, oriundos de Sinaloa, arribaron a Baja California a principios de la década de los 80.
Jesús Labra, al casarse con Agustina Félix Zazueta, hermana de Norma Alicia, madre de Benjamín y Ramón, se convirtió en su tío y principal apoyo para que a la llegada de la familia Arellano Félix a Baja California, éstos encontraran mejores niveles de vida.
Hay quienes aseguran que los hermanos Arellano Félix llegaron a ser líderes de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes por ser sobrinos de Miguel Angel Félix Gallardo, aunque él también es originario de Sinaloa, no tiene ninguna relación de parentesco con ellos.
La familia Arellano Félix, constituida por 12 hermanos, según las autoridades, se conforma por 10 hijos del matrimonio Arellano Félix, y dos son sólo hijos de Francisco Arellano.
El mayor de los hermanos es Francisco Rafael, de 52 años, actualmente recluido en el penal de La Palma, estado de México. Tuvo dos hijos con su primera esposa, Victoria Barrionuevo, y después contrajo nupcias con Rocío Lizárraga.
De acuerdo con el expediente contra los Arellano Félix que maneja la corte federal estadunidense con sede en San Diego, California, encabeza a la organización Benjamín Arellano, de 48 años, también conocido como Min o licenciado Zataráin.
A Benjamín le sigue Carlos Alberto, de 47 años, y de quien las autoridades tienen poca información. Su hermano Eduardo, de 46 años de edad, es médico de profesión y le apodan El Gualín.
Alicia María es la mayor de las hermanas; tiene 42 años y según las autoridades, es esposa de Demetrio Gaxiola. A ella le sigue Ramón, de 38 años, casado con Evangelina Casillas Higuera, identificado por las autoridades como el más violento de la familia, y encargado de la seguridad del clan.
Otro más es Luis Fernando, de 34 años, casado con María Elena Gutiérrez Ornelas; seguido de éste se encuentra Francisco Javier Arellano, apodado El Tigrillo, por ser el menor de los hermanos, de 33 años.
Luego aparecen en la lista las hermanas Enedina, Norma Isabel y Leticia, de quienes no se tiene mucha información; sólo se relaciona a la primera de éstas con la cadena de farmacias Vida, cuyas cuentas bancarias congeló en enero pasado el gobierno estadunidense.
En la lista de hermanos se incluye a Manuel, de 43 años, y a Jesús, de 46, ambos medios hermanos del resto.
Según las autoridades, la mayor parte de los hermanos Arellano Félix no están directamente relacionados a las actividades de Benjamín, Ramón, Francisco Rafael y Francisco Javier; no obstante, se considera que auxilian a la organización en el lavado de dinero y le brindan protección.
La Agencia Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) sostiene que la organización introduce 15 por ciento del total de la cocaína que se consume en el vecino país.
El cártel de Tijuana controla el llamado corredor de la cocaína, ubicado en las inmediaciones del desierto de Altar, en Sonora, cerca del municipio de San Luis Río Colorado, aunque se sabe que ha intentado extender su presencia a Jalisco, Chihuahua, Sinaloa, Nayarit y Yucatán.