El zapato y el color
En el imperio romano el color de los zapatos
identificaba la edad, por lo que César fue severamente criticado
cuando se presentó en público con botas rojas que eran usadas
por jóvenes.
En la Roma imperial los zapatos morados eran usados solamente por
los emperadores y su familia como símbolo de realeza.
Las damas distinguidas de Roma usaban casi exclusivamente zapatos
blancos y nunca rojos, pues éstos eran usados por las prostitutas
como insignia de incitación.
En Marruecos las mujeres pueden usar cualquier color de zapato excepto
el amarillo ya que es considerado sugestivo e indecente.
Durante siglos, el rojo fue usado en China por las novias. En la noche
de bodas, un zapato rojo era aventado al techo de la casa como una señal
para que la gente no molestara a la pareja.
El uso de zapatos blancos es tabú en el Tibet, porque lo consideran
un color nefasto, pero para Napoleón usar zapatos negros atraía
mala suerte.
Cuando un musulmán va como peregrino a La Meca lo proclama
decorando sus zapatos con trocitos de cuero verde.
En la Francia medieval, las doncellas casaderas usaban zapatos verdes
porque tenían efectos mágicos en el corazón de los
varones.
Dicen que en Pátzcuaro se hacían botas color de lumbre
para los rancheros enamorados. Ellos le echaban jabón en las suelas
para que rechinaran y su novia supiera quién era el que pasaba bajo
su ventana.