Indispensable, que se conozca la verdad, afirma el obispo Abelardo Alvarado
El episcopado dice que condena la matanza de 1968, pero insta a ver las atenuantes del caso
ANGELES CRUZ
Aunque la Iglesia condena la matanza del 2 de octubre de 1968 y se pronuncia por que se investiguen los hechos, también hace un llamado para evitar que, en aras de aplicar la justicia, se caiga en situaciones de venganza. Los responsables tendrán que ser juzgados con base en las leyes, pero al mismo tiempo se deberá observar las circunstancias en que se dieron los hechos y ver las atenuantes, afirmó el obispo Abelardo Alvarado Alcántara.
El prelado, presidente de la Comisión de Comunicaciones Sociales de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), explicó que las atenuantes radican en el temor que en aquellos años había por la posibilidad de un golpe de Estado y por la violencia de los estudiantes.
-Pero, Ƒel mitin del 2 de octubre representaba un peligro social?
-Era motivo de disturbio. Había temor, el país era observado por el mundo, porque estaban próximos los Juegos Olímpicos. Pero no estoy diciendo que aprobemos la matanza de estudiantes. La Iglesia la condena. Que se investigue, pero con objetividad y de acuerdo con las leyes.
Recordó que "no había claridad en los objetivos y razones de la inconformidad estudiantil. Había confusión por no saber qué había detrás, como ocurre en otros movimientos de huelga, manifestaciones de estudiantes, incluso en las más recientes".
En entrevista, el obispo insistió en que la Iglesia condena la matanza de los estudiantes. Por eso debe investigarse, pues ha sido un reclamo de hace varios años de la sociedad civil, aun cuando serán incriminadas personas que estuvieron involucradas y que aún están vivas.
Es indispensable que se investigue y se conozca la verdad, que se disipe esa sombra y la sospecha de que en esto siempre ha habido impunidad, agregó. "Sin embargo, es oportuno recordar una frase del papa Juan Pablo II, de que 'no hay paz sin justicia y no hay justicia sin perdón'".
Se tiene que investigar a fondo, afirmó, pero al mismo tiempo, la justicia sin el perdón puede convertirse en venganza.
La posición de la Iglesia después del 2 de octubre y hasta la fecha es de condena a toda forma de violencia y hace un llamado al respeto a la autoridad pública, a que no se generen disturbios y a respetar la vida e integridad de las personas.
Admitió que en aquellos años, después de la matanza en Tlatelolco, "no era fácil hablar en favor" del movimiento estudiantil, porque no eran claros sus objetivos ni las razones de su inconformidad. Alvarado Alcántara señaló que aun cuando la muerte de los jóvenes no tiene justificación, también es cierto que "no se puede estar de acuerdo con manifestaciones estudiantiles con la sola justificación del derecho a la libertad de expresión y de manifestación".
"No se justifican los disturbios, porque el pueblo, el país se van a ver perjudicados por los intereses de unos pocos", abundó.
En cualquier caso, cuando se trata de protestas de cualquier grupo social, trabajadores, campesinos, estudiantes... debe prevalecer el respeto y el orden. No se les puede dar razón cuando están siendo causa de daño para la mayoría, subrayó.
-El del 2 de octubre Ƒno fue un mitin legítimo?
-Que se investigue. Para eso se creó una fiscalía especial. Que vean las circunstancias en que se dieron los hechos. No podemos adelantar juicios. Tenemos que esperar a que se conozca la verdad.