CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
DURANTE LOS primeros días de este mes, en la reunión entre el jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, y el gobernador electo de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, quedaron algunos cabos sueltos, pero la decisión estaba tomada.
LEONEL GODOY, hombre fiel al PRD, o a una parte de él, dejaría la policía del DF para incorporarse al gobierno de su estado natal, muy seguramente como secretario de Gobierno.
SIN EMBARGO, no fue hasta el sábado por la noche cuando aterrizó el proyecto, aunque Francisco Garduño, un incondicional del secretario particular del jefe de Gobierno, ya empezaba a enterarse de cómo iban las cosas por la policía.
DE CUALQUIER forma, según los acuerdos, sería el miércoles cuando debería anunciarse, de manera oficial, la separación de Godoy, que si bien nunca estuvo convencido del puesto, siempre lo desarrolló en el mejor plano profesional.
Y ESA precisamente era la duda. Los argumentos de Godoy para no alejarse del puesto, que ocupará hasta mañana, tienen que ver con avances que se habían dado en la dependencia, que a decir de él iba en franca mejoría.
DE CUALQUIER forma, como se había consignado en este espacio, Cárdenas Batel tenía la mira puesta en Godoy, pues lo considera una pieza fundamental en el encargo que le ha hecho la población michoacana al elegirlo gobernador.
SIN EMBARGO, para López Obrador Godoy era de mucha importancia en su gabinete, porque entre otras cosas era el único contrapeso a las imposiciones que desde la secretaría particular trataban de encajarse entre los miembros más cercanos a su gobierno.
ESE ERA un punto de la mayor importancia, además de las acciones que en materia de orden empezaban a funcionar entre los miembros de la policía.
NO OBSTANTE, la situación era, dicen los más cercanos a Godoy, insoportable. Para los representantes de los medios, que bien habían medido las intenciones del gobernador electo de Michoacán y las oportunidades que se abrirían para el secretario de Seguridad Pública, sólo había una pregunta: Ƒcuándo? Porque para todos era inminente la separación del funcionario.
PERO GODOY también sabía que no existía más alternativa; sus roces continuos con el secretario particular de López Obrador hacían cada vez más difícil el desarrollo de su trabajo que, no obstante, cumplirá hasta el último momento, pese a todo.
DE CUALQUIER forma Leonel Godoy se convertirá en un soporte muy importante en cuestiones legales para Cárdenas Batel, quien si bien no empieza su carrera política con el cargo de gobernador, sí es una prueba en la que se podrán medir sus alcances políticos.
MAS ALLA de cualquier tipo de especulación, la labor de Godoy en la Secretaría de Gobierno del GDF con Rosario Robles, y en la Secretaría de Seguridad Pública a últimas fechas, por mencionar nada más sus últimos cargos en la administración pública capitalina, aseguran a Cárdenas Batel una magnífica red de protección que difícilmente se podría encontrar entre la burocracia política de este país. Que sea para bien.
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