ASTILLERO
Julio Hernández López
SE ESTA PONIENDO de moda jugar a los soldaditos.
El general Roberto Madrazo, por ejemplo, ha anunciado que pondrá
en posición de combate a sus batallones personales el próximo
Día de la Bandera. Serán 135 mil, según eso, los "simpatizantes
voluntarios" que cuidarán la limpieza del proceso electoral interno
del PRI. Se trata, dijo el vocero Carlos Jiménez Macías,
de impedir irregularidades, así es que "este ejército va
a evitar las acciones que pretendan no respetar la voluntad de los votantes,
y lo hacemos porque no queremos conflictos postelectorales ni ruptura en
el partido".
BELICOSA TAMBIÉN anda la profesora Elba
Esther Gordillo, la directora general del ISSSTE que cuenta con licencia
por todo el sexenio para apoyar por fuera los proyectos especiales
del señor Presidente. En pleno terruño del señor de
las ratas sin derechos humanos, la también concesionaria del cadáver
llamado CNOP dijo, en magistral emulación de maestro de la CNTE:
"Alzo mi voz para decirle a Montiel que no vamos a aceptar que nos atropelle,
nos denigre y menos que nos intimide. Vamos a dar la pelea". Luego, encendida
todavía su flama libertaria interna (activada desde tiempos de Carlos
Jongitud Barrios), arremetió contra otro personaje del malvado sistema:
"Las paredes no se derriban a madrazos, sino con convicciones". Y, epopéyica
y pedagógica, agregó: "Roberto Madrazo es mucho más
que Paredes. Beatriz Paredes trabaja por el corporativismo; Madrazo por
la conciencia de la militancia."
LA GUERRA DE los mapaches, como puede verse, va
a ponerse de a peso, aunque otros de esos simpáticos animalitos
de antifaz ya estén metidos en problemas relacionados con pesos.
Uno de ellos, llamado Rogelio Montemayor Seguy, que acabó su carrera
pintándose ojeras con chapopote, se le ha escapado a la policía
de la vista (no de la jaula, pues nunca pudieron encerrarlo). Otro, Carlos
Almada, está siendo convocado a comparecer ante las autoridades
judiciales para que responda a los señalamientos de testigos protegidos
que aseguran que él, como secretario de Elecciones del CEN del
tricolor labastidista, y su subsecretario, Alonso Bretón, en
acuerdo con Jorge Cárdenas, el hombre de las confianzas del chaparrito
sinaloense en materia de dineros, repartieron los millones salidos de Pemex
a los coordinadores electorales de esa campaña presidencial priísta
en todo el país. Alonso Veraza y Antonio Cázares, los mencionados
testigos protegidos, habrían aceptado oficialmente ante la Unidad
Especializada contra la Delincuencia Organizada que los tres funcionarios
del comité nacional priísta habían ordenado el reparto
del dinero a cada entidad, para lo que se habría usado un avión
del PRI. Lo malo para estos soldados del (viejo) régimen es que
no podrán invocar a su favor leyes de obediencia debida ni de punto
final.
DESOBEDIENTES, COMO para ser enviados a celda cuartelaria
de castigo, son los reporteros mexicanos. Ni siquiera porque tenían
visita alemana se portaron bien ayer. Al contrario, latosos y malcriados,
hicieron su numerito consabido de volver a preguntar sobre privatizaciones
en materia energética. Cansado de tanta insistencia malora, el presidenteVicente
Fox hubo de poner las cosas en su lugar (sin llegar, eso sí, a nalguear
a los impertinentes frente a los invitados): "Todo mundo ya sabe ?dijo,
con voz de explicable enfado? que no hay privatización de Pemex,
no hay privatización de CFE y no hay privatización de Luz
y Fuerza del Centro. Por enésima ocasión se los reitero a
los medios de comunicación, para que no exista confusión
alguna: nadie está planteando, ni internacional ni nacionalmente,
ninguna privatización. Tampoco la lucha en contra de la corrupción
significa de alguna manera privatizaciones. Es indispensable que esto quede
claro para todo mundo y, particularmente, para los medios de comunicación".
¡Uf, qué molesto ha de ser estar diciendo una y otra vez lo
mismo a quienes no son todo el mundo! Pero, a pesar de ello, el Presidente
tuvo ánimo todavía para serenar a quienes le juegan a la
Libertad Lamarque con lágrimas petroleras o eléctricas: "Así
es de que, aquellos o aquellas que se preocupan por el tema, pueden dejar
de hacerlo. No hay ningún plan de privatización de las empresas
del Estado". ¡Hurra! Ahora sí esta columna, y demás
miembros de la colonia Preocupaciones y anexas, podrán seguir durmiendo
tranquilamente.
SIMILAR DESPARPAJO podrá mantenerse también
en el caso de la obra cumbre del sexenio lopezobradorista, el segundo piso
vial. El gobierno capitalino ha decidido evitarles a los ciudadanos sobresaltos,
angustias y discusiones que podrían resultar dañinos para
la salud. Nada de agregar un conflicto más al mapa de conflagraciones
que es la política actual: el proyecto ejecutivo para construir
los agregados verticales al Periférico y el Viaducto fue adjudicado
sin licitación a una empresa que se llama Grupo Rioboo, la misma
que se llevará en unas semanas 190 milloncillos de pesos por hacer
los estudios de impacto vial, urbano y ambiental de la magna obra. El citado
proyecto no se sometió a concurso porque es de mucha complejidad
técnica y la ley de obras permite tales excepciones. ¡Ah,
qué tranquilidad da saber que no habrá perredistas empecinados
en criticar esas asignaciones directas ni en suponer arreglos o maniobras
que sólo se dan en los perversos gobiernos del PRI y del PAN!
MILITAR (EN TANTO militante antes que nada) también
apareció ayer Leonel Godoy. Con la misma disciplina con que un soldado
cumpliría la orden de cambiar de adscripción, dejó
ayer la plaza capitalina para irse a la faena michoacana. Duró un
año y dos meses en el cargo de secretario de Seguridad Pública,
y apenas le iba entendiendo al asunto cuando la superioridad lo ha cambiado
de trinchera. Ese tipo de rotaciones son acordadas, según ahora
se pudo saber, por una especie de estado mayor conjunto, pues, dijo Godoy,
"es una decisión que se toma conjuntamente entre el jefe de Gobierno
(de la ciudad de México), el gobernador electo (de Michoacán)
y yo". Mal harían, desde luego, quienes pretendieran culpar al buen
Leonel por dejar la estratégica chamba chilanga tirada o por haber
dicho, una y otra vez, que él seguiría cumpliendo con el
encargo policiaco capitalino: "Yo soy un militante de mi partido. Soy disciplinado.
No soy un político profesional, sino un político partidista,
y si se piensa que allá puedo ser útil, he decidido aceptar"
(el militante-militar Godoy regala, además, esa nueva aportación
a la ciencia política: para pasar de un cargo a otro se puede alegar
que se es político partidista, no profesional. Habría que
ver lo que sucedería si el PRD no cardenista le diera una instrucción
indeseada).
Y YA CON ESTA se despide, por hoy, esta columna
bien soldada, entre fríos tal vez agravados por la pretensión
gubernamental de combatir el popularísimo uso de caloríficos
diablitos (eléctricos).