En 2001 Profepa detuvo a 357 traficantes de maderas preciosas en 27 operativos

Cada año, taladores destruyen un millón 200 mil hectáreas de bosques y selvas tropicales

LUIS A. BOFFIL GOMEZ CORRESPONSAL

Merida, Yuc., 8 de febrero. El delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Carlos Erosa Correa, informó que al menos un millón 200 mil hectáreas de bosques y selvas tropicales en el país son deforestadas anualmente por bandas organizadas dedicadas al tráfico de maderas preciosas.

Manifestó que el tráfico ilegal de maderas en México adquiere tintes alarmantes, sobre todo por la deforestación. Añadió que en el país hay unas 142 millones de hectáreas de bosques y selvas que gradualmente sufren el embate de bandas organizadas, principalmente.

En 2001 -explicó el delegado de la Profepa- se efectuaron 27 operativos especiales en territorio nacional y 4 mil 500 inspecciones que arrojaron un saldo de 95 mil metros cúbicos de madera asegurada, 357 detenidos y sanciones económicas por 35 millones de pesos.

Añadió que el gobierno federal se esfuerza por combatir este delito, pero en ocasiones los traficantes superan las acciones oficiales.

Advirtió que las primeras sanciones para las personas que participen en el delito son el decomiso del producto, de los vehículos y una multa de 20 mil salarios mínimos o, en su defecto, la cárcel.

En el plano regional, el funcionario denunció que en el sureste mexicano, que abarca los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas, más de 40 mil metros cúbicos de maderas son aseguradas al año.

Señaló que ante esta problemática se puso en práctica el Programa de Sellamiento Forestal del Sureste, en el que participan el Ejército, la Marina, la Policía Federal Preventiva y la Profepa.

Erosa Correa informó que dicho programa está dirigido, en su parte toral, a la zona conocida como Punto Put, donde convergen las entidades de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, y operan bandas organizadas que depredan los bosques y, posteriormente, falsifican facturas para vender la madera en forma aparentemente lícita.

Dijo que en las zonas donde se comercia ilegalmente la madera también hay actividades de narcotráfico y de explotación irracional de flora y fauna. En este aspecto, el sureste del país es una fuente de ingresos muy importante para los delincuentes.