Ť La Sedeso transferirá al Inaplen el programa Expertos en Acción
Adultos mayores podrán prestar servicios de asesoría en comunidades de alta marginación
Ť Anuncia Borda Hartmann la entrega de una nueva tarjeta electrónica a los afiliados
CAROLINA GOMEZ MENA
Con el propósito de reforzar el apoyo destinado a las microrregiones de alta marginación del país, y al mismo tiempo dar la posibilidad de emplearse a personas de la tercera edad, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) transferirá al Instituto Nacional de Adultos en Plenitud el programa Expertos en Acción, informó Pedro Borda Hartmann, director general del Inaplen, quien puntualizó que para su operación durante este año al citado instituto se le destinarán 63 millones de pesos.
Otro proyecto que está en puerta es la entrega a los afiliados al Inaplen de una tarjeta electrónica, ''que nos permitirá elaborar un padrón puntual de los usos y costumbres de los abuelos(as), así como de sus necesidades''.
Este nuevo documento, que se prevé será similar a la credencial de elector, aunque ''un poco más sencillo'', constará además de los datos personales y la fotografía, de una banda electrónica, un chip o bien un código de barras, para que cada vez que sea utilizado queden registrados los datos de los servicios demandados, y ello a su vez facilitará delinear de mejor manera las políticas destinadas al sector.
En entrevista con La Jornada, Borda Hartmann detalló que por instrucciones de Josefina Vázquez Mota, titular de la Sedeso, el programa Expertos en Acción quedará bajo la tutela del Inaplen, pues la intención es que, por ejemplo en los municipios de muy alta marginación -386, de acuerdo con la clasificación de niveles de 2000-, los adultos mayores puedan prestar servicios de asesoría en el desarrollo de proyectos productivos o educativos, entre otros.
La finalidad es que su ''experiencia sea utilizada'' en beneficio de las zonas marginadas; así, en el caso de quienes durante su vida laboral se desempeñaron como maestros, podrán seguir en esa labor ahora que superaron los 60 años, pero en comunidades en extrema pobreza. Ello a cambio de un pequeño ''estímulo de mil pesos mensuales, por un compromiso de 16 horas''.
En tres meses, nueva credencialización en el DF
También -adelantó- se exploran otras modalidades, tales como que los jubilados que participen en el programa puedan ''trabajar con niños en situación de calle'', a fin de instarlos a abandonar ese espacio, y en este caso tendrían que ser personas con preparación en educación y psicología.
Sobre la tarjeta electrónica, Borda comentó que desde hace casi un año se planea la entrega de esta identificación, por lo que en ''unos tres meses'' se va a aplicar un programa piloto en el Distrito Federal. Agregó que como esta credencialización de los afiliados al Inaplen requerirá de un importante desembolso de recursos, ésta será gradual. Y es que el instituto tiene inscritos a cinco millones de abuelos, y al concluir este año ya sumarán casi seis millones, por lo que cambiar tal número de credenciales sería imposible llevarlo a cabo totalmente antes de que concluya 2002.
Una de las razones por las que se pensó en el cambio de los documentos es porque, además de que desde el 18 de enero dejó de ser el Insen, en el Metro de la ciudad de México se han detectado falsificaciones; es por ello también que el Inaplen colocará carteles en diversas estaciones de este medio de transporte alertando sobre el hecho.
Según Borda, el Inaplen recibe 15 reportes mensuales de falsificaciones, pero aclaró que la mayor parte resulta ser que ''los viejitos sacan copia fotostática de su credencial para no cargar el original, ello independientemente que hay gente transa que imprime las tarjetas y las vende, pues en el DF son 9 mil los establecimientos que a su presentación hacen descuentos, mientras que a nivel nacional son 20 mil''.
La nueva credencial no podrá ser falsificada debido a sus medidas de seguridad, la fotografía digital y la banda electrónica, pero esto incidirá en su costo, ya que se estima que cada una de ellas llegue a costar unos ''14 pesos'', contra los ''8 centavos'' que cuesta la actual, pero esto no redundará en más gasto para los abuelos porque ni tendrán que plastificarla ni la fotografía la tendrán que traer ellos, esto deberá ser costeado por el instituto o por las empresas que quieran apadrinar el proyecto a cambio de publicidad en el plástico, concluyó Borda.