Ť Teme represalias del Episcopado por declararse gay
Amenaza párroco con difundir lista de obispos y sacerdotes homosexuales
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 2 de febrero. Juan Mantero, sacerdote español que asumió públicamente su condición de "homosexual activo", advirtió que frente a las posibles represalias del Episcopado tiene "una agenda completísima" con nombres de obispos, sacerdotes y miembros de la Iglesia de este país que también son homosexuales activos.
Mantero es párroco de la iglesia de Nuestra Señora del Reposo, en Valverde del Camino, un pequeño pueblo de la provincia andaluza de Huelva. El teólogo, de 39 años, ordenado sacerdote desde hace 10, se ha convertido en el primer cura católico que reconoce y defiende sus preferencias sexuales frente a la "homofobia de Roma". Mantero no ve en las Escrituras que la homosexualidad sea "pecado" ni algo por lo que se deba confesar.
Luego de que el sacerdote confesó su preferencia sexual en una entrevista con la revista Zero, la Conferencia Episcopal española se limitó a señalar que la "homosexualidad es un desorden moral y una enfermedad", y anunció que se iniciará una investigación que finalizará en la "suspensión ad divinis" del sacerdote, por no cumplir con el "celibato que asumió voluntariamente".
Mantero lleva arete y en ocasiones se tiñe el cabello de rojo. Nunca ha negado frente a sus feligreses su condición de homosexual. Incluso la página web de la parroquia lleva a cabo una campaña contra la discriminación y la homofobia.
En una entrevista publicada por la revista Zero, para lectores homosexuales, Mantero sostiene que hay un sector moderado y tolerante dentro de la Iglesia católica. Pero, dice, "desgraciadamente la postura oficial destruye esta vanguardia, que tiene que acabar diciendo: para que no me llamen la atención en Roma, voy a decir que a ningún maricón se le ocurra tocarse el pito con otro, pero que todo el mundo tiene derecho a la vida".
Mantero cita el libro Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad, del historiador y teólogo estadunidense John Boswell, obra en la que defiende que "no hay lugar para la homofobia" en el pasaje bíblico de Sodoma y Gomorra. La historia se interpreta como la destrucción, vía la ira divina, de dos poblados en los que los varones practicaban la homosexualidad.
Por eso Mantero afirma, sin tapujos, que su condición de sacerdote y su homosexualidad "no están reñidas, cuando lo vives bien, personalmente. Además soy teólogo, y teológicamente tampoco está reñido. Son convenciones humanas, por eso yo lo vivo con total naturalidad. Además hay otros cabos que habría que considerar, no sólo Iglesia católica y homosexualidad".
El religioso agregó: "Otro tema sería cómo vivo como maricón activo y sacerdote, porque yo no vivo, ni mucho menos, en la continencia. Sí lo hice durante siete años. Estaba convencido del tema de la castidad, pero me iba al pozo".
Mantero reconoce que rompió el celibato hace cuatro años, y afirma que considera "inadmisible" este dogma, que atribuye al papa Paulo VI: "Un gran mariquita, donde las haya, que al final de una jornada de estudios que iban encaminados no a la abolición del celibato, sino más o menos a considerarlo como algo muy opcional, terminó escribiendo la encíclica sacerdotalis coelibatus y se cagó directamente en los pantalones de todos nosotros".
"Quieren negar que en nuestras filas hay maricones"
Este párroco andaluz pretende abrir un serio debate en el seno de la Iglesia católica para que se asuma una realidad "desde dentro. Esta lucha desde dentro incluye un factor importante: el amor a la institución. Yo no estoy en absoluto ni resabiado ni resentido. Todo lo contrario: estoy agustísimo. A la Iglesia la quiero muchísimo, pero la homofobia es un defecto de la Iglesia católica; consuetudinario, pero defecto. Defecto del que se debe prescindir. En los seminarios estudias metafísica y aprendes a distinguir entre el ser y el modo de ser. El modo de ser de la Iglesia es homofóbico; el ser, no. Por eso pienso que vale la pena luchar desde dentro. Lo que se quiere es negar el hecho homosexual, negar que en nuestras filas hay maricones".
Mantero agregó que "mi primera relación no sexual, sino que fue algo mucho más completo, fue la que me encendió el chip, la que me hizo dar gracias a Dios por ser gay".
La confesión de Mantero provocó reacciones en cadena, entre ellas la advertencia de un activista de los defensores de los homosexuales, militante del conservador Partido Popular y ex miembro del Opus Dei, Carlos Alberto Biendicho, quien aseguró que si se reprendía a Mantero él daría a conocer los nombres de los tres obispos que forman parte del Episcopado y que mantuvieron relaciones sexuales con él durante su permanencia en la orden fundada por Escrivá de Balaguer.
Enfermedad y desorden moral
El secretario general del Episcopado, Juan José Asenjo, señaló que "la Iglesia acoge a los homosexuales, pero no admite el ejercicio de la homosexualidad, considerada un desorden moral y un pecado".
Sobre el caso particular de Mantero, Asenjo recordó que el sacerdote "tiene otro motivo para vivir la castidad y la continencia: la ley del celibato, que libremente asumió al hacerse sacerdote. No es plausible el ejercicio activo de la homosexualidad por este sacerdote, aunque lo tengamos que acoger en su condición como hermano".
De su lado, el obispo de Mondonnedo-Ferrol, José Gea Escolano, advirtió que "no se puede alardear de la homosexualidad haciéndolo compatible con el sacerdocio. Eso es de una persona enferma, como los sordos o los ciegos que tienen fallos en su naturaleza". Este obispo le advirtió además a Mantero que o "rectifica" o se le podría abrir una investigación sobre el incumplimiento del celibato, que podría finalizar en la pérdida de sus derechos y obligaciones como clérigo.
Con todo, los feligreses de Mantero han dado su apoyo al párroco y afirman que lo respetan como sacerdote y como "homosexual activo".