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Ť Cientos bailaron al ritmo de la Sonora Dinamita en el Califa
Rinden homenaje a Lucho Argaín, autor de la cumbia Se me perdió la cadenita
ARTURO CRUZ BARCENAS
La noche del pasado domingo el público del California Dancing Club recordó a Lucho Argaín, voz, compositor, arreglista y líder de la Sonora Dinamita (grupo formado por él hace 42 años en su natal Cartagena de Indias, Colombia), quien falleció el lunes 14 de enero a los 74 años, víctima de complicaciones de la diabetes.
Autor de las cumbias ya clásicas en todos los barrios (Se me perdió la cadenita, Golpes que da la vida, Carola, La suavecita, No te metas con mi cucu, Virgen de la Candelaria, Capullo y Sorullo, entre otras), su nombre verdadero fue Luis Guillermo Pérez Cedrón. Desde niño tuvo el gusto por la música que es folclor colombiano, "sentimiento de un pueblo", decía el nacionalizado mexicano.
Siendo niño, quedó huérfano de madre, por lo que tuvo que desempeñar varios oficios para colaborar en la manutención de su familia; después de vivir penurias se enroló en el servicio militar, donde inició su vida como compositor.
Las primeras grabaciones las realizó con Pedro Laza y sus Pelayeros, en 1956; posteriormente, él como vocalista y Toño Fuentes como productor, iniciarían la historia de la Sonora Dinamita. Su primer tema fue Si la vieran; llegó a México y se dio cuenta de que tenía un homónimo, por lo que se cambió el nombre a Lucho Argaín.
Surgió el nombre de la Sonora Buscapié, emulando el nombre de la pólvora inquieta y volátil. Al poco tiempo cambió a Sonora Dinamita. Lanzó al mercado su primer disco: Ritmo, en el que destacan los temas Yo la vi y Mayen raye. En los comienzos de los sesenta destaca Separación, de Efrén Martínez.
La sonora se desintegró en 1962, pero una recopilación de sus éxitos salió a la venta en 1968. Quince años duró el receso. En 1977, Pedro y José María Fuentes se encontraron con Lucho y lo convencieron de volver a grabar; de ahí para el real.
Los cientos de asistentes al homenaje que el Califa le organizó a Lucho pidieron que la Dinamita tocara las canciones que él hizo famosas. Varias parejas mostraron sus dotes de bailarines. Le echaron estilo, pulieron el piso. En la parte de arriba de la catedral del baile popular varias parejas de jóvenes se conocían, se ligaban a través de la música. Las primeras miradas fueron castigadoras, como se dice en la barriada.
Con las notas de Carola y La suavecita, las parejas en ciernes se invitaban aguas de jamaica y refrescos, o una torta o sandwich de jamón. Unos más descansaban sentados en el piso, o de plano acostados. Al centro del escenario, un cuadro con la imagen de Lucho sonriendo parecía atestiguar el homenaje. Los cantantes de la Dinamita: Zayda, Pupo y May, se alternaban en las interpretaciones, éxito tras éxito. Un momento de clímax, en el que las parejas bailaron, fue cuando el grupo tocó Golpes que da la vida, rola que no hay cumbianguero que no la baile. Amigo del difunto durante 28 años, Raúl Olivos, conocido como lo bautizó Argaín: El Gato Mayor (primer vocalista de Los Gatos Negros, intérprete de Carmenza, Yolanda y Te lo juro yo), tocó sus canciones en homenaje al desaparecido, acompañado por su banda. Se deshizo en calificativos para quien compartiera escenarios de México y el extranjero. "La Sonora Dinamita y Lucho Argaín son y seguirán siendo una institución de la cumbia. Lucho se debería haber llamado El Señor Cumbia, género que dio a conocer en muchas partes del mundo. La Sonora Dinamita ha sido escuela de muchos grupos."
Zayda, la morena vocalista de La Dinamita, dijo que Lucho fue un gran amigo y jefe. "Dejó un montón de temas inéditos. Lo más seguro es que salgan varios discos; dejó grabados varios temas y próximamente saldrá uno que será un adiós, un homenaje, tal vez el 20 de febrero, cuando cumpliría 75 años."