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PREMIOS NACIONALES
Ida Rodríguez Prampolini
''En el arte indígena descubrí la verdadera riqueza de México''
MERRY MAC MASTERS ENVIADA
Boca del Rio, Ver. Desde niña la historiadora Ida Rodríguez Prampolini -originaria del Puerto de Veracruz- ha profesado afecto por los pueblos indígenas. Sin embargo, durante ''algunos años'' la autora de una veintena de libros mantuvo cercanía con el ''arte culto'', pero de un tiempo a la fecha esta situación cambió a tal grado que la presidenta del Consejo Veracruzano de Arte Popular, galardonada con el Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía 2001, asegura que en la actualidad el arte contemporáneo le interesa ''muy poco''. No obstante, acaba de escribir el texto para un nuevo libro sobre el escultor Francisco Zúñiga.
Entrevistada en su oficina frente al río Jamapa, Rodríguez Prampolini habla de la metamorfosis de sus intereses:
''Tener intereses diversos es parte de la vida; además, uno va conociendo personas. El 68 cambió de manera radical mi vida. Cuando mis alumnos fueron apresados, cuando se murieron muchos, inclusive escondí algunos en mi casa en Cuernavaca y en el Casino de la Selva con Lilia, la hija de Manuel Suárez. En la universidad nunca había leído ni siquiera a Lukács; no habíamos leído a Marx. Era una carrera despolitizada. En el 68, con mis alumnos, aprendí la existencia del pensamiento de izquierda y desde entonces no lo abandono.
''He querido entender todo lo que pasa, porque la educación en México, en la universidad, era apolítica. No había ninguna inquietud política ni de nosotros ni de nuestros maestros. Entonces, empecé a hacer arte social, tratar de unir el arte con la sociedad y de allí se desprendió otra nueva personalidad en mí. Advertí que era imposible luchar contra el Estado. Me fui a Tlayacapan (Morelos), donde permanecí ocho años. Allí hicimos escuelas, talleres, hasta que el gobernador en turno nos corrió a balazos. Desde entonces he luchado y creo tener una vida muy comprometida con la sociedad. Por lo menos eso trato.''
-ƑCómo sucedió su acercamiento con los pueblos indígenas?
-Eso lo he tenido siempre. La admiración, el culto, el amor por los pueblos indígenas y las artesanías lo he tenido toda mi vida. Desde muy niña me llevaban al mercado y compraba cazuelitas y cositas de esas. El arte indígena me fascinaba. Después entré a la universidad y todo eso se acabó. Estuve unos años hablando de arte culto y no sé qué, hasta que me di cuenta que aquí estaba la verdadera riqueza del país.
-ƑCómo están los pueblos indígenas en Veracruz?
-Muy mal, muy mal. En la miseria total. Muy desprotegidos. Ahora, con el (Miguel) Alemán espero que se puedan redimir en lo económico. La señora Alemán hace mucho por los indígenas. Luego, este consejo que dirijo me da cierta esperanza de hacer algo. Pero cuando subo a la sierra regreso enferma de la miseria que veo.
-ƑQué quisiera hacer por los indígenas?
-šQué no quisiera! Pues, no sé, instrucción, justicia, que ya no sean discriminados, que sean aceptados como los mexicanos más importantes que tenemos. La ley indígena aprobaba me parece una barbaridad. Les mandé a todos los integrantes de la Legislatura del estado los escritos de Miguel León-Portilla, de Luis Villoro, antes de que votaran esa ley. Sólo uno de los diputados de Veracruz leyó las cosas y votó en contra. Fue un verdadero fast track como se aprobó por la legislatura. Esto es imperdonable porque era la gran oportunidad del Legislativo veracruzano de oponerse como lo hicieron muchos estados, donde existen muchos pueblos indígenas como en Veracruz. Pero nuestros políticos no dan para mucho.
-ƑAhora ya no se interesa tanto por el arte contemporáneo?
-La verdad, muy poco. Sigo admirando unas cuantas personas como (Francisco) Toledo, que me parece el gran artista en la actualidad de México. Además de su creatividad, es una persona comprometida que lucha por su gente y ha hecho miles de cosas en Oaxaca.
A pesar de sus palabras, Rodríguez Prampolini escribió el texto para el libro Francisco Zúñiga y el canon de belleza americana, de reciente publicación. Al respecto explica: ''Lo que trato de mostrar en ese libro es que lo que hace famoso al maestro Zúñiga es que realmente encontró la belleza indígena, la belleza de las etnias de América. Así como los griegos hacen su canon griego. Cuando hicimos el libro del arte en las bibliotecas, las galerías y los museos del mundo, en el sexenio de Salinas, en el que colaboré con el arte moderno, me llamó la atención que sobre todos los artistas mexicanos no había museo ni colección en el mundo que no tuviera un Zúñiga, pero en forma avasalladora. Hay muchos con Cuevas, Siqueiros, Rivera, Orozco, pero lo de Zúñiga era impresionante. Había grabados de éste coleccionados por todo el mundo; era lo que más se vendía en México. Entonces, me pregunté, Ƒqué pasa? ƑPor qué el éxito de ese señor? De allí partí para hacer un análisis y llegué a la conclusión de que él encontró el canon de la belleza americana en su obra''.
Desde hace casi un lustro, Rodríguez Prampolini coordina para la Unión Academique Internacional (UAI), con sede en Bruselas, un catálogo del muralismo en el continente americano. Para este fin, la integrante del Instituto de Investigaciones Estéticas creó en la UNAM el seminario El muralismo, producto de la Revolución Mexicana en América. Se terminó el primer volumen, de la década 20-40 en México, también de Perú, que fue presentada por la especialista en China y en la UAI. Sin embargo, se trata de un proyecto muy lento:
''Va a tardar 20 años, no sé, porque Argentina entró en crisis; Chile no contesta mucho; los gringos como de costumbre no ayudan tanto como dicen.'' Para que se pueda publicar el primer volumen hay que conseguir fondos para las fotografías: ''Ya se lo pedí al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y espero que nos ayuden porque la fotografía es imprescindible para una publicación de este tipo. Ahora viene el periodo 40-60 en México. En Cuba están trabajando y son los que más nos ayudan''.