Ť El ex abad de la Basílica envía una carta al Vaticano donde cuestiona la existencia del indio

Nuevo intento de Guillermo Schulenburg por detener la canonización de Juan Diego

Ť Críticas del postulador de la causa Ť Medida desesperada, publica la prensa italiana

JOSE ANTONIO ROMAN Y AGENCIAS

En un nuevo intento por detener la canonización de Juan Diego, el abad emérito de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg Prado, envió al secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano, una carta donde señala que, pese a todo lo que se dice, la existencia del indio no ha quedado demostrada plenamente.

La misiva fue enviada al cardenal Sodano el pasado 3 de diciembre, 17 días antes de que el papa Juan Pablo II presentara el decreto en el que se reconoce el milagro atribuido a Juan Diego, que por cierto es uno de los requisitos indispensables para declarar a alguien como santo.

El milagro que le atribuyen a Juan Diego es la salvación de un joven drogado que había intentado suicidarse lanzándose de un tercer piso y se rompió el cráneo por el golpe.

Por su parte, el postulador de la causa de santidad del indio, José Luis Guerrero, señaló que la carta de Schulenburg, firmada por otros tres presbíteros, no aporta ningún elemento nuevo al proceso de canonización. Además, pierde total relevancia si se toma en cuenta que tiene fecha previa al decreto que reconoce el milagro. Es decir, la Pontificia Comisión para la Causa de los Santos y el mismo papa Juan Pablo II debieron de tomarla en cuenta y, aun así, se optó por la presentación del decreto.

''La existencia del indio Juan Diego no ha sido demostrada, podríamos obtener muchas firmas de eclesiásticos preparados, así como de laicos intelectuales que avalan esta carta, pero no queremos provocar un inútil escándalo, simplemente queremos evitar que disminuya la credibilidad de nuestra Iglesia'', expresa la misiva publicada ayer lunes por el diario italiano Il Giornale.

Se trata de un intento extremo y desesperado -comenta el rotativo- de bloquear la canonización del indio, a quien, según la tradición y enseñanzas de la Iglesia católica, se le apareció la Virgen de Guadalupe en diciembre de 1531.

Además de Schulenburg, quien estuvo al frente de la Basílica durante 34 años (1963-1997) y tenía la misión de ser el ''guardián de la fe guadalupana'', la carta es firmada por Carlos Warnholtz, quien fuera durante casi todos esos años arcipreste del templo; Manuel Olimón Nolasco, reconocido historiador y catedrático de la Universidad Pontificia de México, y Esteban Martínez, ex director de la biblioteca de la Basílica de Guadalupe.

Expresan que el Vaticano comete un grave error y que debería echar todo para atrás y postergar definitivamente la canonización, que tendría lugar en julio próximo en México con la presencia del Papa. Este acto, agregan, afectaría la infalibilidad del pontífice, porque es imposible proclamar santo a alguien que a lo mejor jamás existió.

El artículo de Il Giornale, firmado por el vaticanista Andrea Tornielli, informa que la carta fue enviada el 3 de diciembre, 17 días antes de que el papa Juan Pablo II reconociera los milagros a tres candidatos para su posterior canonización: Juan Diego; el fundador del Opus Dei, Josemaría Escrivá, y el italiano Padre Pio.

El postulador de la causa de Juan Diego, el presbítero Guerrero, sostuvo que la misiva no agrega nuevas argumentaciones a las ya hechas en el pasado por el mismo Schulenburg Prado, quien en varias ocasiones ha negado la existencia histórica de Juan Diego e incluso se opuso también a la beatificación del indio en 1990, durante el segundo viaje del papa Juan Pablo II a tierras mexicanas.

Por su parte, Tornielli dijo que la respuesta del Vaticano a la carta no se dejó esperar. El diario L'Osservatore Romano publicó el pasado 20 de diciembre un documentado ensayo del historiador Fidel González, rector de la Pontificia Universidad Urbaniana, donde se cita gran cantidad de estudios que hablan de la existencia de Juan Diego.

Entre ellos sobresale el códice Escalada, descubierto por un jesuita español, que presenta el acta de defunción de Juan Diego, fechada en 1548, que lleva la firma de Antonio Valeriano, autor del poema en lengua indígena que describe el milagro del Tepeyac.

González indagó por encargo de la Congregación para las Causas de los Santos la existencia histórica de Juan Diego, para poder dar respuesta a las objeciones.

Luego de una investigación ''rigurosísima, desde el punto de vista de la metodología histórica, publicada en un poderoso volumen de más de 500 páginas (El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego), Roma dio vía libre a las continuación de la causa de canonización'', señaló Tornielli.

Dijo que, con base en ello, Juan Pablo II -devoto de la Virgen de Guadalupe- se sumó al pedido del arzobispo de la ciudad de México, Norberto Rivera, y, si la salud se lo permite, viajará a la capital mexicana el 28 de julio para proclamar santo a Juan Diego.