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Ť En 2001 la corporación de EU vendió el proyecto que firmó con la cementera
La quiebra de Enron no afectará a empresas mexicanas con las cuales comerciaba: Apasco
ISRAEL RODRIGUEZ
La quiebra de Enron no afectará a empresas mexicanas como Vitro, Apasco, IMSA y otras firmas que tenían tratos comerciales con el gigante proveedor y distribuidor de energía estadunidense, por lo que no hay preocupación ni intranquilidad por este colapso, aseguró la responsable de comunicaciones y relaciones externas de la cementera Apasco, Marisol Ertze.
La ejecutiva informó que desde 2000 esta firma había realizado un contrato de suministro y abasto con Enron, pero en 2001, antes de que se declarara en quiebra, la corporación a través de su filial Enron México vendió el control del proyecto a Tractebell, empresa franco belga, y esto se aceptó con el consentimiento de todos los clientes consumidores como Apasco, IMSA y Vitro, entre otros.
El contrato original que había firmado Enron con Apasco estipulaba que la compañía estadunidense iba a construir y operar una planta generadora de energía eléctrica en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Mientras Apasco, filial del corporativo Cementos Mexicanos (Cemex), se comprometía a consumir la energía según sus necesidades. Entre las condiciones que estipulaba el acuerdo estaba consumir un abasto por 15 años de 40 megavatios.
Ertze informó que antes de que surgiera el escándalo de la quiebra de Enron, con el consecuente movimiento internacional, Enron México vendió el control del proyecto a Tractebell, y posteriormente la empresa franco belga se hace responsable de todas las condiciones del contrato, incluyendo la construcción y operación de la planta generadora de Monterrey.
Sobre los efectos, aseguró que ''nosotros verdaderamente no estamos percibiendo afectación alguna, porque el proyecto continúa en tiempo y forma. Desde el principio se estimó que el proyecto iba a entrar en operación al finales de este año y continuamos sobre ese plan. No ha habido afectación y estamos muy tranquilos y confiados y no hay mayores efectos para nosotros'', concluyó.
Operaciones en América Latina
Entre sus operaciones en América Latina, el gigante Enron participó en Argentina en la privatización de Transportadora de Gas del Sur, de la cual obtuvo 50 por ciento. En Bolivia poseía 25 por ciento de Tansredes. En Brasil se encontraba construyendo una planta generadora en Cuiabá y adquirió 64 por ciento de la distribuidora Elektro, subsidiaria de la Compañía Energética de Sao Paulo, por mil 286 millones de dólares.
En Colombia construyó y operó la larga tubería del gas natural de Centregas de 574 kilómetros. En Guatemala construyó el primer proyecto de financiamiento privado de energía en Centroamérica en Puerto Quetzal.
Asimismo, en Nicaragua firmó un acuerdo de compra de energía por 15 años con la Empresa Nicaragüense de Electricidad.
En Panamá, Enron adquirió un interés de 51 por ciento de generación de energía eléctrica de Bahía Las Minas. En Puerto Rico estaba construyendo una planta de energía de 500 megavatios. Mientras en Venezuela era parte de un consorcio al que fue concedido un contrato por 20 años para la construcción, posesión y funcionamiento del recurso líquido de la extracción del gas natural en San Joaquín y Santa Bárbara.
En México, entre otros proyectos que tenía Enron era la posible participación en Tribasa, mediante un préstamo de 27 millones de dólares bajo la fórmula de canje de capital por acciones dentro de dos años; sin embargo esta información no pudo ser confirmada ni desmentida, debido a que el actual presidente del consejo de administración de esta constructora, David Peñaloza, se encuentra prófugo de la justicia mexicana.