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Ť Deficiente integración del expediente o desestimación
de las pruebas
MP y juzgado se culpan mutuamente de exoneración
a ex funcionarios del IPAB
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
La exoneración de cargos por lavado de dinero,
enriquecimiento ilícito y cohecho a León Alberto Schietekat
Ballesteros, ex director de investigaciones de Bancomext, y a Eugenio González
Sierra, ex director jurídico adjunto del Instituto de Protección
al Ahorro Banario (IPAB), ha provocado una disputa para determinar de quién
es la responsabilidad de que no estén en la cárcel y sujetos
a proceso penal por esos ilícitos tipificados de graves.
Por un lado se culpa al Ministerio Público; por
el otro, al secretario de acuerdos en funciones de juez del juzgado tercero
de distrito en materia penal, Ramón Esquivel Ortiz.
En el primer caso, fuentes oficiales difundieron la versión
de que Ramón Esquivel no encontró elementos suficientes para
procesarlos porque el Ministerio Público no aportó las pruebas
suficientes y que las presentadas en grabaciones se reunieron de manera
ilegal.
Mientras en el segundo, procedentes de los mismos círculos
de la justicia mexicana, se aseguró que el secretario no estudió
a profundidad el expediente, que en su resolución existen contradicciones
y que no consideró las pruebas de la responsabilidad penal de ambos
ex funcionarios.
Lo único cierto es que Schietekat Ballesteros y
González Sierra permanecieron tres meses bajo arraigo domiciliario,
Grupo Bursátil Mexicano (GBM) puso una denuncia en su contra y aportó
grabaciones de la extorsión, la Procuraduría General de la
República (PGR) consignó la averiguación previa y
la titular del juzgado tercero, Miriam del Perpetuo Socorro Rodríguez
Jara, accedió a otorgar la orden de aprehensión por seis
delitos, tres de ellos graves.
Días después de la consignación de
ambos ex funcionarios, el suplente Ramón Esquivel Ortiz determinó
que no procedían las acusaciones por delitos graves, y les fincó
responsabilidades por abuso de autoridad, uso indebido de información
sobre clientes y operaciones del sistema bancario, así como tráfico
de influencias.
González Sierra y Schietekat Ballesteros obtuvieron
su libertad tras depositar una fianza de 8 millones de pesos cada uno.
En el expediente integrado por 18 tomos, León Alberto
Schietekat Ballesteros reconoció durante una declaración
ministerial que Eugenio González Sierra le propuso extorsionara
a GBM Atlántico y abriera cuentas en el Principado de Andorra para
depositar el millón y medio de dólares que se exigió
al grupo financiero como pago de sus servicios para que se liberara un
fideicomiso.
En la misma declaratoria, el ex director de investigaciones
de Bancomext aceptó que utilizó parte del dinero obtenido
para la compra de un vehículo y reveló la manera en que ordenó
a los representantes de GMB Atlántico cómo debían
depositar el dinero en cuentas donde no aparecían sus nombres.
Pero ni eso sirvió para que se les decretara formal
prisión por cohecho, enriquecimiento ilícito y lavado
de dinero.
El secretario en funciones del juez consideró
que la PGR realizó durante la investigación en contra de
Schietekat Ballesteros y González Sierra "intervención telefónica
ilegal" para acreditar la responsabilidad de los ex funcionarios en esos
delitos.
Sin embargo, las grabaciones sobre la manera en que se
fraguó el chantaje fueron hechas por los propios representantes
de GMB Atlántico.
Además las fuentes que defendieron la labor del
secretario de acuerdos dijeron que "la no acreditación de delitos
se debió también a errores en la integración de la
averiguación previa".
También señalaron que para documentar el
delito de lavado de dinero se formuló la acusación
con documentos de la Procuraduría Fiscal "sin sellos ni firmas,
como tampoco con la validación de un notario", con lo cual, de acuerdo
con la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN), no existe la evidencia documental que demuestre la certeza de las
imputaciones.
Además, se dijo que este delito no se acreditó
porque ni Schietekat Ballesteros ni González Sierra hicieron personalmente
las transferencias de capital, primero a un banco en Estados Unidos, concretamente
a Nueva York, y posteriormente a una institución del Principado
de Andorra.
Pero documentos enviados por autoridades de Andorra muestran
la manera en que el dinero fue transferido por Schietekat a México
y que una parte se utilizó para la compra de dos vehículos.
Por último, se dijo que tampoco se pudo probar
de "manera fehaciente" que el testigo de cargo haya sido presionado para
entregar el dinero.
A este respecto, se agregaron al expediente las grabaciones
realizadas por los representantes de GMB Atlántico, en las cuales
se escucha la negociación para el pago de un millón y medio
de dólares.
Al Ministerio Público el secretario de acuerdos
le indicó que primero la Secretaría de la Contraloría
y Desarrollo Administrativo debió realizar un análisis y
que no se llevó a cabo. El Ministerio Público estima que
el delito se persigue de oficio.