Nuevo marketing foxista: Los Pinos, casa del pueblo mexicano

Ť Menos de 30 minutos convivió el Ejecutivo con menores

Ť "En este lugar se trabaja todo el día", la explicación

JUAN MANUEL VENEGAS

En Los Pinos continuaron las fiestas. En esta ocasión, la celebración del Día de Reyes fue la invocación de la pareja presidencial para reiterar ?y grabar? el mensaje de que la residencia oficial es, ahora con ellos como residentes, "la casa del pueblo de México".

Cientos de niños de albergues del Desarollo Integral para la Familia (DIF) corriendo por los jardines de la zona conocida como la hondonada, que recibieron regalos, que se retrataron con los improvisados reyes, Melchor, Gaspar y Baltazar, y que conocieron, mediante la representación a cargo de un grupo de teatro, la historia resumida de Blanca Nieves y los siete enanos, fueron esta vez el pretexto del presidente Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún para insistir en lo que ya parece el nuevo spot de sus expertos en marketing: Los Pinos... la casa de todos los mexicanos.

Menos de 30 minutos presidenciales

El primer mandatario convivió poco con sus invitados.

Menos de 30 minutos duró el convivio, quizás porque como él mismo se los informó a la hora de partir la rosca: "en ésta, su casa, ¡trabajamos todo el día!"

Y por ello, el agradecimiento a todos esos chiquillos por proporcionarles "estos momentos de alegría".

Su esposa, más en la jugada del momento, hizo un rápido balance de lo que fueron las fiestas de fin de año celebradas en la residencia oficial de Los Pinos, en las cuales participaron siempre niños y personas de edad avanzada como protagonistas.

A los empresarios que las patrocinaron ?¡Vamos México!, viento en popa?, la señora Sahagún de Fox expuso su agradecimiento por las aportaciones para llevar a "la casa de todos", Los Pinos, las tradiciones decembrinas.

"Una experiencia maravillosa"

"Ha sido una experiencia maravillosa", definió la señora Sahagún, rodeada de niños y niñas, "que nos recuerdan el enorme compromiso que tenemos con nuestro país".

Ella, pues, feliz con sus logros, de su poder de convocatoria, y es que esta vez la empresa de juguetes Matel y su hospital de muñecas Barbie, sufragaron los gastos de la fiesta de Reyes para los niños. "Para que luego no se diga", comentaron sus allegados.

¡Vamos México!, pues, viento en popa. Y para que no se diga, con todo y nuevo eslogan: la residencia oficial es, ¡ya!, "la casa del pueblo de México..."