CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

PARA EL PRD capitalino no hay acuerdos y muy probablemente deberán celebrarse elecciones este año para relevar a Carlos Imaz en la dirigencia.

EN LA feria de acuerdos creados para apoyar a Rosario Robles en su camino a la presidencia nacional de ese partido, se dio por sentado que no habría mayor oposición a las aspiraciones de Agustín Guerrero para convertirse en el presidente del PRD en el DF, pero no todo estaba resuelto.

ALGUNOS AMARRES están sueltos y la posibilidad de dejar el camino libre a la Corriente de Izquierda Democrática (CID), el aparato clientelar del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, levantó de inmediato una serie de descontentos que ya piensan en hacer la guerra a la candidatura de Guerrero.

AUNQUE YA existía la precandidatura de Lorena Villavicencio, militante a quien se identifica con el grupo de Jesús Ortega, dentro de ese partido no se había tomado muy en cuenta la posibilidad, puesto que, según se dice, no contaba ni siquiera con el apoyo de los Chuchos.

AHORA QUE se le considera una opción libre, Villavicencio empieza a ganar adeptos, incluso dentro de la clientela de René Bejarano. Para una buena parte de perredistas del DF la imposición de Agustín Guerrero es, sin duda, la intromisión de López Obrador en las cuestiones partidistas, y ello ha irritado a algunos bejaranistas que podrían voltear la bandera a favor de Villavicencio.

Y MIENTRAS la clientela se alborota en el gallinero de la CID, en otros frentes se piensa en no dejar que ésta siga sojuzgando a los perredistas de la capital mediante la compra de voluntades y se busca oponer otra candidatura a la de Guerrero.

EN ESO andan los cinco diputados locales que no reconocen a Alejandro Sánchez Camacho, otra imposición de Bejarano, como nuevo coordinador de la fracción en la ALDF, pues advierten en la salida de Armando Quintero el golpe de la CID para apoderarse del PRD en la Asamblea.

LOS CINCO diputados representan algo así como 30 mil votos, cantidad que bien podría inclinar la balanza en contra de Guerrero. La presencia de estos legisladores en delegaciones como Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Tláhuac, Iztacalco y otras más resultará decisiva a la hora de una elección donde las votaciones internas no han llegado a los 200 mil sufragios.

PARA ESTOS cinco, Clara Brugada sería la mejor opción, pero la legisladora se niega a ir a la contienda por sus desacuerdos profundos con el delegado René Arce, quien por su lado tampoco acepta a Guerrero y podría establecer acuerdos con Jesús Ortega para ir juntos en una candidatura común.

DE CUALQUIER forma, para Gilberto Ensástiga no habrá posibilidades de acuerdo con la CID mientras esta corriente continúe con la imposición de su líder en la Asamblea, y en tanto no exista una definición del futuro en las delegaciones políticas.

ASI, LA CID se vuelve a convertir en el virus del PRD, fortalecido por López Obrador, quien tiene en ese grupo una especie de red de protección para cualquier tipo de contingencias, incluso para las encuestas, en las que tanta fe tiene el jefe de Gobierno. Ni modo.

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