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Ť Rechaza la diputada contender como secretaria
general; confirma que presidirá fórmula
Se descarta planilla de unidad Paredes-Madrazo
Ť Los madracistas, incapaces de establecer alianzas; se
trasmutan en maximalistas, aducen priístas
ROBERTO GARDUÑO Y CIRO PEREZ
La negociación para formar una planilla de unidad
que gane la dirección nacional del PRI, entre Beatriz Paredes Rangel
y Roberto Madrazo, quedó rota por la "obcecación" del tabasqueño,
quien no ceja en su deseo de ocupar la presidencia de ese partido y dejar
la secretaría general a la ex gobernadora de Tlaxcala.
En
los últimos días, la presidenta de la Mesa Directiva declaró
que analizaba los costos de contender, y esa decisión dependía
de las conversaciones con Madrazo, pues era necesario consensuar una planilla
"de composición" para no dividir al tricolor. Ayer la posibilidad
de llegar a un arreglo se agotó, y en la oficina de Beatriz Paredes
se confió a este diario que la legisladora participará al
frente de una planilla.
La versión pronto fue confirmada por la misma Beatriz
Paredes, en entrevista con Joaquín López Dóriga, a
quien dijo: "No hay indicio de que no voy a participar. Está muy
claro que todas las medidas que he tomado reflejan mi intención
de hacerlo y también está muy claro que estoy actuando con
la prudencia necesaria".
Beatriz Paredes también aclaró en aquella
conversación telefónica que la participación de dos
candidatos no es sinónimo de división entre los priístas:
"No, yo creo que siempre es posible cuando existen convicciones, independientemente
del método, preservar la unidad del partido. Me parece que se está
poniendo demasiado énfasis en el método y aquí lo
fundamental son las convicciones, y cuando existen éstas se preserva
la unidad del partido".
En la reunión del domingo ambos personajes insistieron
en encabezar la planilla de unidad. Ninguno cedió a las pretensiones
del otro. Roberto Madrazo le propuso a Beatriz Paredes que contendiera
junto a él como secretaria general, a cambio de hacer a un lado
a Elba Esther Gordillo, quien encabeza el sector popular del PRI, y es
la más viable compañera de fórmula del tabasqueño.
La presidenta de la Mesa Directiva rechazó la propuesta
al argumentar que en los procesos democráticos de elección
las imposiciones no tienen cabida, y ella ya tenía tras de sí
la experiencia de haberse desempeñado como secretaria general de
su partido.
El fondo de aquel rechazo se interpreta entre los legisladores
del PRI como la confrontación de las dos ideas de un partido, que
corre el riesgo de fraccionarse si el candidato ganador es incapaz de convocar
a la unidad y a la inclusión.
Los escenarios
Ayer en las oficinas de Beatriz Paredes en San Lázaro
se confió a este diario que la legisladora había rechazado
las ofertas de Roberto Madrazo porque "no abonan al campo de la democracia
que debe forjarse en el nuevo PRI". En el mismo tono, diputados priístas
que solicitaron el anonimato señalaron que el ex gobernador de Tabasco
"quiere un partido viejo, pero peor, porque le apuesta a ganar la elección
por la directiva nacional para servirse de la estructura y montar una aparato
electoral que le garantice el triunfo en las elecciones presidenciales
de 2006".
Las conclusiones de los integrantes de la bancada
priísta obedecen a un análisis que ya circula entre ellos
y caracteriza a Roberto Madrazo como la figura que viene resucitando al
PRI más "tradicional y corporativo", que se encarga de "recuperar"
a las viejas figuras de ese partido, que fueron el soporte del sistema
presidencialista y se aislaron con el devenir del neoliberalismo: "Los
madracistas tienen un estigma ?se dijo a este diario? son incapaces de
establecer alianzas y se trasmutan en maximalistas"
En ese terreno, en la sede nacional del PRI, también,
ni un solo priísta se quiso comprometer a declarar a favor de Paredes
o Madrazo. El rumbo de muchas carreras políticas dependerá
de cómo se presente el reacomodo en ese partido. También
en la secretaria general priísta, un funcionario cercano a Rodolfo
Echeverría, sostuvo que "el perfil político y el liderazgo
de Beatriz Paredes es el que más se acerca a las necesidades democráticas
del partido, porque Roberto Madrazo trae una estructura montada que reducirá
los espacios de participación".
Además, entre el equipo de Beatriz Paredes los
escenarios políticos se han definido en dos, lo que provoca un dilema.
El primero, que la diputada no participe en el proceso de selección
y espere como presidenta de la Mesa Directiva, "el golpeteo incesante de
los madracistas, porque se le considera como el obstáculo más
importante rumbo a la carrera por la candidatura presidencial en el 2006".
El segundo es que la ex gobernadora de Tlaxcala participe
con una planilla distinta a la de Madrazo y gane en el proceso, o en caso
contrario, al salir derrotada también sea objeto del hostigamiento
de los madracistas, y eso desemboque en la polarización de los grupos
del PRI.
Por lo pronto, la margarita quedó deshojada y ayer
el grupo de Beatriz Paredes confirmó que las negociaciones para
formar una planilla de unidad "quedaron rotas, por la obcecación
de Roberto Madrazo, quien por sobre todas las cosas desea la presidencia
del PRI". Incluso, la diputada federal aceptó en la entrevista radiofónica
con López Dóriga que "no hay ningún indicio que señale
que no voy a participar".
La institucionalidad de Beatriz Paredes
Entre un influyente sector de diputados federales se le
cataloga a Beatriz Paredes "como hacedora de política", y es que
a lo largo de su carrera se ha reinventado al participar en el nacionalismo
revolucionario de Miguel de la Madrid y en otra etapa de su vida pública,
y acogió el liberalismo salinista y zedillista.
Socióloga de carrera, tradicionalmente se le ha
considerado disciplinada e institucional al PRI y a los gobiernos emanados
de su partido, al grado que se desempeñó el múltiples
tareas de gobierno, como las siguientes: secretaría general de la
Confederación Nacional Campesina (CNC); diputada local de 1974 a
1977; diputada federal dos veces (1979-1982 y 1985-1987, en esta última
ocasión fue presidenta de la Cámara de Diputados); salió
de la presidencia de la Cámara para ser gobernadora de su estado,
Tlaxcala, en el periodo de 1988-2000; subsecretaria en la Secretaría
de la Reforma Agraria, y de Desarrollo Político y Gobierno de la
Secretaría de Gobernación; embajadora de México en
Cuba, y se ha desempeñado en diversas carteras del Comité
Ejecutivo Nacional del PRI, incluyendo la secretaría general.
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