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¤ Con sus promesas, los políticos son los
únicos que se encargan del mañana, dice el escritor
El arte constituye la forma de vivir la esperanza ahora
mismo: Yonathan
¤ ''La poesía no es un panfleto, sino una instantánea
de la situación humana del momento''
¤ Impartió en la Facultad de Filosofía y
Letras una conferencia magistral sobre literatura hebrea
CESAR GÜEMES
Si un poeta ucraniano nacido en el tercer decenio del
siglo XX, emigrado a Israel y especialista en literatura hebrea dice que
en la literatura está la esperanza de hoy y que el mañana
queda sólo para las promesas de los políticos, es preciso
darle un voto de confianza. Nathan Yonathan (Kiev, 1923) estuvo en México
para impartir -en la Facultad de Filosofía y Letras- la conferencia
magistral La literatura hebrea: entre Pathos y la ironía.
Allí desarrolló la dualidad a partir de poetas israelíes
y apenas rozó su propio trabajo. No mencionó su cargo de
presidente de la Asociación de Escritores de Israel, ni su premio
Bialik, el más relevante que confiere ese país.
Escribir propicia optimismo
-Ante su ecuanimidad es necesario preguntarle, por ejemplo,
¿cómo ha conseguido establecer una dicotomía tan clara
en la poesía contemporánea?
-En
tiempos dramáticos de la historia, y no hay pueblo que no los tenga,
nuestro oído es más sensible a la poesía patética,
y hay ahí mucho de autosacrificio. En ese momento no prestamos tanta
atención a la poesía irónica, que también se
escribe en ese y en todo instante. Hay épocas en que la situación
es muy desilusionante, como los días que siguen a una revolución:
todo se ve vacío de sentido, pálido y pobre frente a las
grandes metas que se tenían horas antes. Entonces nuestro oído
espera la ironía porque la necesitamos, pues de otra forma nuestra
vida sería imposible. Queremos escuchar algo que justifique la posible
desilusión social.
''Nos sentimos encerrados en ciertas situaciones. Eso
es lo que dice el individuo, aunque la población entera no tenga
el medio para expresarlo. Es lo que siente el poeta y lo manifiesta. Un
individuo sí puede decir: no tengo camino. Si no existe esa salida,
entonces parece que todo se justifica; es legítimo el sufrir y la
desesperanza. Nadie puede culpar al poeta porque no tiene alternativa.
La poesía patética, sin embargo, deja una opción:
se puede luchar por la libertad o no hacerlo. La visión irónica,
sin embargo, sólo cambia el punto de vista. Y creo que la poesía
israelí contemporánea se mueve entre estos dos polos."
-En su obra, además del patetismo del que habla,
hay una considerable dosis de esperanza, a juzgar por lo que nos ha llegado
de su trabajo a México.
-Esperanza la hay en toda poesía. Un poeta amigo
mío dice incluso que el proceso mismo de escribir es ya optimista.
Aquel que no tiene esperanza no lee poesía y mucho menos la escribe.
Aun la poesía en el límite del cinismo es una forma de la
esperanza. A este sentimiento lo vestimos en ocasiones con el color de
la mañana, pero no tiene por qué ser siempre así.
No aparece cada día con el rostro sonriente. En la Biblia, dentro
del Antiguo Testamento, particularmente en el Eclesiastés, el nombre
de Dios se menciona quizá sólo una vez. Y eso es en la Biblia,
para remontarnos a un texto clásico. Aun en ese libro, en el que
no se puede expresar mayor desesperanza, hay esperanza para el lector.
Se encuentra ahí, pues, una fuerza vital, no sólo porque
diga que existe un mañana.
Ironía vs armonía
?Es una forma muy singular de la espera, casi la disuelve.
?Precisamente el arte, desde mi óptica, no promete
nada. No sabemos lo que habrá mañana. El arte es un proceso
que se ejerce sólo en tiempo presente. Por eso es que vale como
catarsis, porque liquida, saca o elimina fragmentos dolorosos que todos
tenemos en la existencia. Los únicos que se encargan del mañana
son los políticos: viven de las promesas que hacen a sus seguidores.
La poesía, no, está aquí y ahora, en este momento,
ya sea que la leas o la escribas. Digamos que el arte es la forma de vivir
la esperanza ahora mismo. Si no se entiende a la expresión artística
como un proceso digamos espiritual, no se puede hablar de esperanza. La
poesía no es un panfleto, es una instantánea de la situación
humana del momento. Y la única manera de vivirla es a partir del
orgullo de saberse humano. El proceso a que me refiero implica entender
desde el primer renglón hasta el último. Cuando en Crimen
y castigo aparece Raskolnikov, a su lado se da el proceso de catarsis
por parte del lector. A ese proceso espiritual me refiero, aunque quizá
deba decir un camino de entendimiento.
?¿La ironía es una forma de esperanza?
?No he dicho nada semejante, pero quizá es un concepto
adecuado. Digamos que eso es un invento del individuo que descubrió
su verdad en la vida y que le resulta mucho más compleja de lo pensado.
Se preguntó a sí mismo ese sujeto: ¿cómo puedo
vivir con esa terrible ambivalencia? Pues con la ironía, que le
permite vivir con las contradicciones del mundo, hacerlas coexistir. La
ironía en un invento contra la armonía. Mientras el hombre
del Renacimiento descubrió la armonía, el hombre contemporáneo
encontró como salida la ironía. Mientras la primera era la
reconciliación de los opuestos, la segunda los deja tal cual y los
evidencia.
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