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Advierte paralelismos de México y Argentina
Señora directora: Como es del dominio público,
el jueves 20 de diciembre el presidente argentino Fernando de la Rúa
presentó al Congreso de su país su dimisión y horas
antes lo había hecho el ministro de Economía Domingo Cavallo.
La causa es conocida: la aplicación, por parte
de ambos funcionarios, de una desastrosa política económica
que ha originado desempleo, hambre y miseria, factores que determinaron
la insurrección del pueblo argentino, caracterizada por el saqueo
de comercios para obtener alimentos para su subsistencia.
Esa política capitalista de corte neoliberal y
globalizador es la misma que ha venido golpeando desde hace 20 años
a la gran mayoría de las sociedades del planeta, principalmente
a las de América Latina, Africa y Asia, y caracterizada por amontonar
miseria a cambio de acumular una riqueza insultante en un número
cada vez menor de personas en el mundo.
Como ejemplo, tenemos que hace un año la Comisión
Económica para la América Latina y el Caribe (Cepal) dio
a conocer los siguientes datos:
Unos 200 millones de pobres y 80 millones de personas
que viven por debajo de los límites de la pobreza en este subcontinente,
por lo que cerca de 60 por ciento de la población vive debatiéndose
entre la pobreza y la miseria, a lo que yo le agrego la proletarización
creciente de una clase media cada vez más golpeada por el desempleo,
es decir, viviendo ya en la pobreza.
Señora directora: he venido observando en estos
últimos años un paralelismo en lo económico y político
entre México y Argentina, cuyos aspectos básicos son los
siguientes:
En ambos países ha existido una privatización
de empresas estatales, desempleo, pobreza creciente, una brutal corrupción
y deuda pública en ascenso, siendo en el caso argentino de 130 mil
millones de dólares y en el caso mexicano de 240 mil millones.
Finalmente, mientras la actual política económica
no se cambie por otra más justa y más humana, estos dos pueblos
y gran parte del mundo seguirán viviendo en esta lamentable situación.
Atentamente:
Julio Molina Esquivel
La crisis argentina, económica y de valores
Señora directora: Al grito de "no veo futuro
para mí y mis hijos", la mayoría de los argentinos lidiaban
por encontrar al menos un presente que se les escapaba de las manos por
los descuentos y falta de pago a jubilados y empleados de gobierno (que
no incluye a senadores y diputados), menos recursos para servicios hospitalarios
y medicamentos, desempleo, cierre de pequeñas, medianas empresas
y escuelas, y un largo etcétera que culminó con una "bancarización"
que no permitía el retiro de más de 250 pesos (dólares)
por semana de las instituciones bancarias y obligaba al uso de tarjetas
para el pago de mercancias y servicios, afectando la economía de
vendedores ambulantes, pequeños comerciantes, taxistas, plomeros,
manicuristas, cartoneros... es decir, del pueblo.
La crisis va más allá de una simple recesión
económica; es una crisis de valores y fe, provocada por factores
como corrupción, desconfianza en sus instituciones (salud, justicia,
educación) y la proridad de sus gobernantes por el pago de la deuda
externa, reduciendo el presupuesto para gasto social.
El gobierno no supo interpretar el voto en blanco de las
pasadas elecciones. No supo ver que ante la necesidad, la población
había recuperado la forma más antigua de intercambio comercial,
que se hace a través de multiples clubes de trueque. Tampoco vio
el crecimiento de la delincuencia y la violencia. Al contrario, explicaba
que todo iba bien, negaba la realidad y continuaba con un lento genocidio
de las voluntades.
El pueblo se cansó y salió a saquear los
comercios; el pobre se volvió contra el pobre, el jodido contra
el jodido, el desempleado con hambre en contra del policía hambreado;
hubo detenidos, arruinados, heridos y muertos. Durante la noche del miércoles,
la población bloqueó las principales calles de Buenos Aires
y otras capitales en distintas provincias, y tomó el poder a través
de un discurso de hartazgo, expresado con golpes de cacerolas, aplausos,
chiflidos y bocinazos.
Pareciera que el gobierno de Fernando de la Rua y Domingo
Cavallo se enteró de que "algo" no andaba del todo bien.
Luis Antonio Rincón García, chiapaneco
y estudiante de maestría en la Universidad Nacional de La Plata,
Argentina
Denuncia agresión de funcionarios en Ecatepec
Señora directora: No se pueden explicar
los excesos de la policía municipal de Ecatepec a la luz de su falta
de preparación académica, como declaró el edil Agustín
Hernández Pastrana en una entrevista con Radio Red, en la que afirma
que estuve presente en una brutal golpiza que su director de Seguridad
ordenó, presenció y solapó.
A él y al subdirector Operativo de Gobierno les
pedí que pararan la represión y la respuesta fue que sus
uniformados me sacaran a empellones en su presencia, con la advertencia
del director de Seguridad de que si me movía también
me madrearían. Y tan bien educados los tiene el director represor,
que cumplieron su cometido como cancerberos, de modo que es al presidente
municipal a quien le hace falta un curso de head hunters para seleccionar
mejor a sus colaboradores, o... ¿se los habrá recomendado
el general Pinochet?, el mismo que un día dijo que no había
economía más grande que enterrar a tres chilenos revoltosos
en una misma fosa.
El meollo del asunto es que el presidente municipal, el
director de Gobierno, el director de Seguridad Pública, el director
de SAPASE y el subdirector Operativo de Gobierno se valieron de la brutalidad
policiaca, el abuso de autoridad y la intimidación para hacer una
simple conexión, que si estuviera legalmente sustentada, ellos tienen
los recursos y la obligación de persuadir acerca de los beneficios
de su proceder tiene para la comunidad.
Este presidente municipal dejó a Ecatepec en una
situación de vulnerabilidad ante los verdaderos delincuentes. Para
hacer una demostración sobre su incapacidad para decidir, se puede
señalar el uso de los recursos públicos en contra la población
y, hasta que no quede comprobado lo contrario, en beneficio de la inmobiliaria
Hir.
Por último, señalo que el presidente se
disculpó ante el medio de difusión que evidenció su
equivocada actuación, porque el reportero fue víctima de
su agresión, pero de las seis mujeres, dos hombres agraviados por
la ilegal captura de que fueron objeto y la ofensa a la comunidad, no comentó
absolutamente nada.
En un acto de mínima humildad deben ser destituidos
el director de Seguridad Pública, porque su permanencia representa
inseguridad para la población; y el director de SAPASE, porque su
decencia (sic) es un atributo que no le hace ocultar su incapacidad técnica
en la operación del organismo.
Atentamente:
David H. Rojas Arreola
Exige al Presidente decir la verdad y evitar la demagogia
Señora directora: Cuando se supo, en julio
de 2000, que un candidato diferente del PRI había sido elegido Presidente
de la República, estoy seguro que muchos como yo, aun sin haber
votado por Fox, abrigamos esperanzas de que sucediera un cambio necesario
en el país. A un año en el poder del presidente Fox y su
gabinetazo me siento traicionado por este grupo de "empresarios"
que no son muy diferentes a los anteriores.
En primer lugar, sigue habiendo en puestos de representación
popular y/o de dirección, personas que tienen una trayectoria deshonesta
dentro de la política, intuyo que es debido a que llegaron a un
acuerdo. Debiera prohibirse ser siquiera candidato a una persona cuya honorabilidad
está en duda.
En segundo, dentro de los colaboradores del Presidente
y del gabinetazo de empresarios se siguen manejando las cosas igual
que antes, especialmente en lo referente a la economía (vendiendo
al país al mejor postor).
El país no necesita empresarios en el gobierno
y menos cuando han tenido negocios precisamente con él; lo que necesita
México son dirigentes nacionalistas, que antes de sacar más
dinero a través del IVA eviten la corrupción y evasión,
apoyen a la micro y pequeña industria y al campo, mejoren los programas
de educación, promuevan el turismo, terminen con mafias, perciban
salarios justos, promuevan el estado de derecho, metan a la cárcel
a quienes roban al pueblo, aporten ideas para el bienestar del país
y eviten el saqueo sistemático de algunos en el gobierno en connivencia
con empresarios.
Y en tercer lugar, que el presidente Fox declare sólo
la verdad y no diga que todo va de maravilla, cuando a millones nos está
llevando la Revolución. Que no caiga en lo demagógico.
Lázaro García Ortiz
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