021a1pol
Luis Javier Garrido
Lo oscuro
El "paquetazo fiscal" está evidenciando que la "transición política" no ha llegado al Poder Legislativo, que sigue siendo expresión de los intereses que han prevalecido de manera ilegítima sobre los mexicanos.
1. El conflicto que a lo largo de 2001 opuso a Vicente Fox con el Congreso de la Unión por diversos motivos, y en particular por la reforma fiscal y ahora por el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos de 2002, y que, de acuerdo con los medios, reflejaría divergencias profundas sobre el proyecto de país entre el Ejecutivo y el Legislativo, constituyendo así una evidencia más del "cambio democrático" que se estaría dando en México, en realidad no es tal, como se está viendo con las negociaciones sobre el paquete hacendario que los legisladores aprobarán en el periodo extraordinario de este diciembre y que conllevará un IVA "diferenciado" o disfrazado a los productos básicos.
2. El país está muy lejos de tener las instituciones que requiere y de haber transitado hacia una democracia, como pretende buena parte de los analistas en Estados Unidos y de México. Si la Presidencia de la República está en manos de quien no tiene amor al país ni la capacidad ni la dignidad para ocupar el cargo y que en el ejercicio de sus funciones muestra que en vez de ser el mandatario "de los mexicanos" es el representante en México de los organismos financieros internacionales, el Legislativo no se queda atrás, pues los legisladores actúan por lo general no como representantes "de la nación", sino de sus partidos, y por lo mismo no votan en conciencia, sino por "disciplina de partido".
3. El proceso legislativo no es hoy expresión de una vida democrática, pues los legisladores siguen sin legislar. Las leyes se siguen elaborando en las instancias administrativas del gobierno y negociándose con los líderes partidistas, y las comisiones legislativas de las Cámaras sólo les hacen cambios secundarios y contribuyen a darles forma. De ahí que el pleno haya perdido interés, pues ha quedado relegado a simple ritual aprobatorio de decisiones previamente tomadas: una simple tribuna en la que se busca evidenciar un desacuerdo que no es de fondo.
4. La forma en que han evolucionado las instituciones mexicanas no es muy alentadora, pues no han ido precisamente hacia su democratización. El Congreso de la Unión pasó en el siglo XX de fungir como el espacio donde se dirimían las querellas de la elite posrevolucionaria (1917-1929) a ser un instrumento del PNR (y del general Calles), para transformarse más tarde en el lugar donde se confrontaban los sectores del PRM (1938-1946) y terminar por ser en los años del priísmo el órgano que refrendaba las decisiones presidenciales (1946-1997). Y hoy no es más que el centro formal de las negociaciones entre el Ejecutivo y los partidos, aunque las negociaciones reales sean en Bucareli y en sitios particulares -en lo oscurito, pues- y se den entre las cúpulas partidistas y los titulares de Gobernación y de Hacienda y otros emisarios del poder: a espaldas de los legisladores y de los mexicanos, y como producto no del diálogo y de la discusión abierta con la sociedad, sino de componendas.
5. El cambio en las relaciones del Legislativo con la Presidencia no se produjo con la llegada de Fox a Los Pinos, como éste pretende con su propaganda demagógica, sino en 1997, cuando por vez primera desde 1929 el partido de Estado no tuvo por sí solo la mayoría absoluta en la Cámara del Diputados y el gobierno se vio obligado a negociar con los partidos, pero lo grave ahora es que para fabricarle una mayoría a Fox, Santiago Creel no está haciendo otra cosa desde Gobernación que acudir a las prácticas antidemocráticas desarrolladas por los operadores de Zedillo en 1997 buscando a todo precio a) llegar a arreglos con los dirigentes partidistas además de b) tratar de coptar a legisladores de la oposición.
6. La diferencia entre el proyecto de país del grupo foxista y de los legisladores no es la que los medios pretenden, pues los partidos mexicanos se han sometido sin mayor resistencia al proyecto neoliberal, y si en la tribuna o ante los medios fingen que tienen diferencias irreconciliables con el Ejecutivo ello se debe sobre todo a su necesidad de generarse una imagen ante la sociedad con vistas a 2003. La aprobación del paquetazo ha sido tan difícil, no por el esquema neoliberal de los mecanismos impositivos que desarrolla Hacienda, sino porque Fox necesita cuantiosos recursos para cubrir el fraude del Fobaproa y seguir subsidiando a quienes han defraudado a la nación, pero también para tratar de "legitimarse" en el poder con políticas de corte populista a la manera priísta y seguir pagando su costosísima propaganda personal.
7. El "paquetazo fiscal" es una desilusión para los mexicanos porque contribuye a mostrar la realidad del "nuevo régimen", evidenciando que las decisiones en el Congreso de la Unión no se toman de manera distinta ahora, por "los representantes de la nación" en función de los intereses de las mayorías, sino igual que en el pasado inmediato: por los líderes de los partidos que las negocian con el gobierno en función de sus intereses.
8. Porque los miembros de los partidos no defienden hoy día principios, sino intereses; de ahí que a los legisladores no les interese votar conforme exige la ciudadanía, ni que se diga que ellos no deciden sino que obedecen.
9. La propuesta foxista de reforma fiscal de 2001 fue sólo parcialmente frenada por la sociedad, y ésa es quizá la principal lección para todos: que las cosas no van a cambiar en México si desde abajo no se impulsa el cambio democrático: diciéndole "no" al gobierno, resistiendo a sus políticas y pugnando por que se democraticen las instancias del poder y los partidos políticos, exigiéndoles rendición de cuentas a quienes gobiernan.
10. Y haciendo realidad el gran cambio: lograr que al Congreso de la Unión puedan ser electos ciudadanos, al margen de los partidos políticos.
|