EU: ADVERTENCIA SOSPECHOSA
El
procurador estadunidense, John Ashcroft, y el director de la FBI, Robert
Mueller, formularon ayer una extraña advertencia a la población
de su país para que se mantenga alerta los próximos días
ante lo que denominaron "información creíble" sobre atentados
terroristas que podrían producirse en territorio estadunidense o
contra blancos de ese país en el extranjero. Con esa base, los funcionarios
instruyeron a los organismos policiales y de seguridad para que se mantengan
en estado de "máxima alerta" y pidieron a los ciudadanos que tengan
paciencia ante el refuerzo de las medidas de seguridad y buen juicio para
enfrentar situaciones de emergencia. La información citada por Ashcroft
y Mueller no es, dijeron, "concreta en cuanto al blanco y al método".
Desde la perspectiva de la seguridad de la población
de Estados Unidos no es fácil comprender la lógica de esta
advertencia, que le pide estar alerta ante un peligro desconocido, indefinido
e incierto, pero que augura, con todas sus letras, adicionales "medidas
de seguridad" que se traducirán en mayores atribuciones para el
gobierno de Washington y en un nuevo acotamiento de los derechos civiles.
Este solo dato debiera bastar para que los ciudadanos lúcidos del
país vecino leyeran, en lo dicho ayer por los funcionarios referidos,
que lo que está en peligro real y directo es el conjunto de sus
libertades.
Para los extranjeros que residen en Estados Unidos, así
como para quienes aspiran a ingresar a ese país en forma temporal
o permanente, el señalamiento no es menos ominoso. Ayer mismo el
presidente George W. Bush anunció el endurecimiento oficial de las
prácticas migratorias de otorgamiento de visas --que ya ocurrió
en la práctica--, argumentando que de esa forma se impedirá
el ingreso de terroristas al país y se capturará a quienes
ya se encuentran allí.
En cuanto al resto del mundo, la advertencia formulada
ayer por Ashcroft y Mueller constituye un amenazante recordatorio de las
presiones injerencistas que Washington está aplicando a muchas naciones,
con el pretexto de luchar contra el terrorismo y con la coartada de preservar
la vida y los bienes de ciudadanos y entidades estadunidenses en el extranjero.
Finalmente, en el contexto de la guerra absurda en la
que Washington se ha enfrascado, que consiste en bombardear lo que queda
de Afganistán en venganza por los atentados del 11 de septiembre,
sin hacer mucha distinción entre objetivos militares y blancos civiles,
lo dicho ayer por los titulares del departamento de Justicia y de la FBI
parece presagiar nuevas acciones violentas e injustificables contra lo
que Washington defina como "el enemigo" y que lo mismo puede estar constituido
por una organización fundamentalista que por aldeas miserables en
cualquier lugar del planeta.
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