Espejo en Estados Unidos México, D.F. domingo 28 de octubre de 2001
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Editorial

¿QUIENES SON TERRORISTAS?

SOLEn el marco de la guerra contra el terrorismo internacional, la embajadora de Estados Unidos en Colombia, Anne Patterson, comparó hace unos días a los grupos armados de la izquierda y derecha colombianos con la milicia islamista de los talibán en Afganistán. 

Las declaraciones de Patterson, quien incluso afirmó que las guerrillas y paramilitares colombianos "son peores que Osama Bin Laden", apuntan, probablemente, hacia una mayor presencia e intervención militar de Estados Unidos en Colombia, precisamente cuando las conversaciones de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y los grupos insurgentes se encuentran en una fase crítica.

Recordemos que tras la puesta en marcha del Plan Colombia -presentado como un plan antidrogas- se ha reportado la presencia de por lo menos 300 elementos de las fuerzas armadas estadunidenses, agentes de la DEA y la CIA, que operan en territorio colombiano en tareas de entrenamiento militar e inteligencia. 

Lo que en principio -y retóricamente- se anunció como una política antidrogas en el ámbito andino, ahora -en voz de Patterson- se pretende enlazar directamente a la guerra contra el terrorismo internacional. 

De mantenerse este giro en la estrategia militar de Estados Unidos en Colombia, es previsible una disminución de los ya de por sí limitados márgenes de autonomía nacional del Estado colombiano, en tanto que el conflicto local pasará a ser un objetivo de la guerra antiterrorista. 

Por otra parte, la presión estadunidense por extraditar a guerrilleros y narcotraficantes para juzgarlos en su territorio, puede generar, como en los tiempos de los llamados extraditables, una nueva escalada de violencia y el estancamiento del atribulado proceso de paz iniciado a principios de los años ochenta.

A la luz de los pronunciamientos del gobierno estadunidense, es posible afirmar que la guerra contra el terrorismo apenas comienza, y que los objetivos son tan diversos como el número de factores que representan una amenaza contra la seguridad y el interés nacional de ese país. 

Es preciso recordar que el grupo insurgente colombiano Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) encabeza la lista negra de enemigos de Estados Unidos en el hemisferio y que, tras la interpretación de Anne Patterson, puede convertirse en el próximo blanco de la guerra antiterrorista, lucha que, ante la ausencia de una definición clara y consensada de "terrorismo", amenaza con extenderse a cualquier lugar del planeta donde exista un grupo que atente contra la seguridad de Estados Unidos. 

Pero, en esta guerra ¿quién define quién es terrorista y quién no? 

Colombia es un país que vive uno de los conflictos internos más complejos del mundo, y las desafortunadas declaraciones de la embajadora estadunidense sólo sembrarán mayor incertidumbre y desconfianza en la sociedad de ese país sudamericano. 

Como ejemplo del desconcierto, el canciller colombiano, Guillermo Fernández de Soto, ha solicitado a los guerrilleros que sean ellos quienes definan si quieren ser tratados como terroristas, cuando para Patterson son, de entrada, peores que el hombre más buscado por Estados Unidos.

 

 

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