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México, D.F. miércoles 20 de junio de 2001
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Editorial
 
NARCO: EL TAMAÑO DEL INFIERNO

SOLDe acuerdo con el investigador Edmundo Hernández Vela del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, el narcotráfico genera en el mundo ganancias por unos 500 mil millones de dólares anuales, lo que equivale a un volumen de actividades equivalente al de la industria petrolera internacional, superior al de la industria farmacéutica planetaria, y al producto interno bruto de la mayoría de las naciones del tercer mundo. 

Tales cifras no son novedosas, pero sí escandalosas, por el hecho de que una cantidad semejante de dinero no puede ocultarse si no es mediante una vasta red de corrupción gubernamental y bancaria que involucra por igual a países pobres que a los Estados industrializados de Europa y Norteamérica.

El especialista calcula que el sistema bancario y financiero internacional lava el 40 por ciento de ese medio billón de dólares, es decir, unos 200 mil millones de dólares anuales. 

El dato no sólo es revelador de la doble moral con la que operan gobiernos como el estadunidense, el cual tiene que estar al tanto de las actividades dudosas de sus entidades bancarias --y no parece ser casual que el Citibank sea señalado como una de las más grandes lavanderías del mundo--, sino también de una situación tan paradójica como inquietante: 

Si la guerra contra las drogas, tal y como se desarrolla hoy, fuera ganada por los gobiernos y se lograra exterminar la producción y el trasiego masivo de narcóticos ilegales, el sistema financiero y bancario del mundo, súbitamente privado de tal cantidad de recursos, podría enfrentar una crisis de proporciones catastróficas.

Lo anterior obliga a cuestionar en qué medida las costosas acciones de Washington contra los cárteles de la droga responden a un empeño sincero, aunque necesariamente ingenuo, de acabar con ese flagelo, y en qué medida son un mecanismo para mantener altas las cotizaciones de las sustancias prohibidas, las cuales, si no fuera por la prohibición y la persecución de que son objeto, costarían una ínfima fracción de lo que hoy los adictos pagan por obtenerlas.

Las cifras referidas constituyen, en suma, una rotunda descalificación al combate a la drogadicción tal y como se lleva a cabo actualmente, y debieran llevar a los gobiernos a una reflexión profunda para buscar otras maneras de erradicar las adicciones y evitar el tráfico de drogas, fenómenos que constituyen, ciertamente, dos de los más graves problemas sociales y políticos en el mundo contemporáneo.
 

 

La Jornada, Coordinación de Sistemas Francisco Petrarca 118, Col. Chapultepec Morales, delegación Miguel Hidalgo México D.F. C.P. 11570 Teléfono (525) 262-43-00, FAX (525) 262-43-56 y 262-43-54