ECONOMIA: LA DEBILIDAD REAL
El
presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Claudio X. González,
expresó ayer el temor de los hombres de negocios del país
a iniciar negociaciones con China y Corea, de cara a la liberación
del comercio con esas naciones. En declaraciones emitidas a principios
de la semana pasada, tras su regreso de varios países asiáticos
que visitó como parte de la comitiva presidencial de Vicente Fox,
González había dicho que era urgente aprobar la reforma fiscal,
a fin de que el país estuviera preparado para el intercambio comercial
con los países asiáticos. Ayer se refirió a las supuestas
ventajas competitivas que otorgaría a China un régimen fiscal
que, en algunos puntos, y según el empresario, se asemeja al que
propugna el presidente Fox.
Es evidente que, en el momento actual, sería una
insensatez iniciar negociaciones con China para firmar un tratado de libre
comercio; si hoy en día el simple contrabando procedente de ese
país genera un severo daño a diversos ramos industriales
del país --textiles y juguetes entre los más afectados--,
la supresión de las barreras comerciales se traduciría en
un arrasamiento rápido de los sectores industriales que las políticas
económicas de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo no lograron destruir.
Por otra parte, cabe preguntarse si la desventaja de la
economía nacional ante las de Corea y China puede atribuirse única
o principalmente a razones fiscales --como lo pretende el presidente del
CCE, o si obedece, en cambio, a la manifiesta fragilidad de nuestras cadenas
productivas, a las deplorables condiciones de pobreza y falta de servicios
y capacitación en que se encuentra la mano de obra mexicana, y a
la casi inexistente cultura de colaboración que caracteriza al empresariado
del país.
A partir de las distintas respuestas a esa interrogante
se formulan dos visiones contrapuestas del desarrollo nacional y de su
inserción en la globalidad económica: una, fiscalista y exportadora,
que sigue apostando al ingreso masivo de inversión extranjera, a
la cual se adhieren los empresarios representados por Claudio X. González,
y otra, que aboga por una reactivación del mercado interno --lo
cual implica dignificar las condiciones del trabajo asalariado-- como articulador
principal de las cadenas productivas nacionales antes de proseguir en la
apertura comercial indiscriminada.
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