Llama a construir una sociedad que estimule el respeto
a la vida
Señora directora: Mucho agradeceré
la publicación de esta carta para que todos, en particular los maestros,
reflexionemos sobre nuestra función como educadores.
La muerte de Orlando, adolescente de 15 años, vecino
de la delegación Iztapalapa, que se quitó la vida este 23
de mayo, es un grito de alerta derivado de un alto grado de descomposición
social y familiar por el decaimiento de la moral y los valores universales,
y porque el placer y el consumismo se han convertido en los epicentros
de la vida social.
Es ésta una época en que la vida es más
material que espiritual y donde los medios de comunicación fomentan
la violencia, pornografía y consumo de estupefacientes; un momento
en el que no existe comunicación entre padres e hijos ni entre maestros
y alumnos, y en donde las instituciones educativas no dan apoyo psicológico
a los adolescentes. En fin, una época en que hay maltrato e incomprensión
hacia los jóvenes que les provoca una baja autoestima.
Orlando fue una víctima entre otras que, seguramente,
han tenido el mismo desenlace, pero que no han sido conocidas. Su sacrificio
es un grito desesperado, el aviso de una sociedad enferma que hay que curar.
Por tal motivo, los padres de familia deben poner más
atención a sus hijos, quererlos, educarlos, orientarlos, corregirlos,
aconsejarlos, pero no maltratarlos. Los maestros en las escuelas de educación
básica debemos contribuir en la formación de buenos hábitos,
de buenas costumbres, a despertar la creatividad de los alumnos y desarrollar
en ellos un sentimiento humanista. Por su parte, el gobierno como representante
de la sociedad y servidor público debe adoptar medidas de fondo
y forma para sanear el ambiente social, pero con justicia y aprecio a la
dignidad humana.
Así pues, empecemos desde ahora a cambiar y ser
diferentes. Construyamos una nueva sociedad en donde todos nos veamos como
hermanos y en la que nos preocupemos por nuestro bienestar pero también
por el de los demás; una sociedad donde se cultive el amor y no
el odio; en la que se respete la vida humana como el más alto valor
de la creación.
¡Que el yo se bifurque en el tú y el tú
en el yo, con el objeto de que el nosotros sea siempre el sentido que le
demos a nuestra vida! ¡Amemos la vida y amémonos todos porque
todos somos la vida misma!
Profr. Amador Velasco Tobón, director de secundaria
"Malas señales" en el gobierno en torno a la
comisión de la verdad
Señora directora: Desde el gobierno sólo
recibimos malas señales:
1. La PGR ha dicho que los familiares de los desaparecidos
y las víctimas de la represión no formulan cargos contra
individuos concretos (Marco Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quirós
Hermosillo, entre otros) y eso es completamente falso.
2. La Secretaría de Gobernación turnó
los escritos de denuncia de la desaparición forzada de Gregorio
Alfonso Alvarado López a autoridades menores del estado de Guerrero,
dando a entender que no quiere ocuparse de este asunto. Santiago Creel
anticipa que no van a aceptar la demanda de los familiares de crear una
comisión de la verdad.
3. José Luis Soberanes, titular de la CNDH (gubernamental),
insiste en cartas a este diario (9 y 10 de junio) en que la creación
de la citada comisión de la verdad violaría la Constitución
si estuviera facultada para investigar los crímenes de lesa humanidad.
Una cosa es cierta: por más de 30 años las
autoridades priístas obstaculizaron la investigación de actos
ilícitos de extrema gravedad como los del 2 de octubre de 1968,
el 10 de junio de 1971, la guerra sucia contra los grupos rebeldes,
las masacres de Acteal, Aguas Blancas, El Charco y El Bosque. ¿Cómo
pedir a la población que confíe en el sistema de impartición
de justicia si al frente están los mismos de siempre?
Las argumentaciones seudolegales de Soberanes dejan ver
su temor al funcionamiento de una comisión ciudadana, que pondría
en evidencia la inutilidad de los costosos aparatos oficiales de derechos
humanos.
José Enrique González Ruiz, asesor de
Afadem
Aclaración del IMTA
Señora directora: Con relación a
la nota firmada por la reportera María Rivera el pasado 10 de junio,
me parece necesario hacer las siguientes precisiones:
Durante el foro El agua: drama de hoy, pesadilla de
mañana, organizado por Casa Lamm y La Jornada, expresé
que extraoficialmente sabía que el grupo parlamentario del PAN propondría
una iniciativa de modificación a la Ley de Aguas Nacionales, pero
que yo desconocía su contenido.
A pregunta expresa de la reportera, contesté que
yo no creía que dicha iniciativa incluyera la propuesta de privatización
del recurso. Añadí que, independientemente de lo anterior,
yo estaba enterado de que el grupo parlamentario del PRD estaba interesado
en organizar foros de consulta para elaborar su propia iniciativa de modificación
a dicha ley.
Por otra parte, no señalé que los agricultores
ricos reventaran canales como una forma de riego. Eso fue un comentario
expresado por uno de los miembros del público asistente. Yo simplemente
indiqué que, en términos generales, los métodos de
riego que se aplican en el país son ineficientes. Lo anterior obedece
a que se estima que en más de 90 por ciento de las tierras bajo
riego en el país se emplean métodos de riego "rodado" o por
gravedad.
La práctica usual en este caso consiste en tomar
agua de las "regaderas", pequeños canales labrados en tierra que
abastecen a las parcelas, ya sea empleando mangueras que funcionan como
sifones u horadando una de las márgenes de la propia regadera para
así abastecer los surcos o melgas.
Dr. Alvaro A. Aldama Rodríguez, director general
del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua
Precisión a pie de foto
Señora directora: Suplicamos inserte estas
líneas, pues es para nosotros de suma importancia que no se distorsione
la verdad histórica, sobre todo si se trata de vidas humanas y,
más aún, si esas vidas son las de nuestros hijos, hermanos
y compañeros.
El la portada del Perfil publicado el pasado domingo
apareció una fotografía firmada por Rubén Pax, a cuyo
pie se escribió: "Durante una marcha en 1985, los manifestantes
exigieron la presentación de los desaparecidos del 10 de junio de
1971".
Sí exigimos en esa ocasión (como lo hemos
hecho miles de veces) la presentación de los desaparecidos políticos,
pero no del 10 de junio de 1971, sino de todos los que secuestraron policías
y soldados de los sexenios de Echeverría, López Portillo
y, ya para esa fecha, de Miguel de la Madrid. En la citada foto se ven
12 rostros de mexicanos, hombres y mujeres, desaparecidos en diferentes
lugares y en distintas fechas. Siete de ellos son de Guerrero, dos de Sinaloa,
una de Colima y dos del DF.
Uno de estos últimos es José de Jesús
Avila González, estudiante del Politécnico secuestrado en
1974 (ángulo inferior derecho) y la que sostiene la manta es su
madre, nuestra compañera Matilde González. La manta es mucho
más grande y las listas de los detenidos-desaparecidos más
todavía, pues se sumaron dos sexenios que cometieron el mismo delito,
catalogado cómo crimen de lesa humanidad.
Rosario Ibarra, Concepción Avila González,
Alicia Vargas y Sara Hernández
Denuncian que personal de Mixup los secuestró
y calumnió
Señora directora: Deseo hacer público
el atropello del que fui mos víctimas mi novia y yo en la tienda
de discos Mixup, sucursal Perisur.
El 9 de junio visitamos dicha tienda. Mi novia se acercó
a la puerta del establecimiento con un disco en la mano, sin salir de él
(el sistema de alarma no se activó), sin embargo, un empleado de
seguridad la detuvo. El sujeto nos dijo -como si fuéramos delincuentes-
que "por órdenes del gerente" debíamos pagar el compacto.
Solicitamos hablar con el gerente para aclarar la situación,
pero se negó; sólo un empleado que dijo ser el "encargado"
se acercó para amenazarnos diciendo que nos iban remitir a la delegación.
Mi intención era aclarar con el gerente (apelando a su criterio)
la bochornosa situación.
Después de media hora pagamos el disco (previa
devolución de las anteriores compras como una inútil señal
de protesta) y nuevamente -recalcando mi calidad de cliente- solicité
hablar con el gerente, petición que me fue negada. Pudiera parecer
un asunto trivial, pero ¿cuántos atropellos cometen particulares
sin que sean denunciados?
Es triste que una empresa que vive de sus clientes nos
trate como delincuentes. No se vale que acusen a ciudadanos de delincuentes
sin pruebas.
Ojalá que esta historia sirva para que hagamos
algo contra estos atropellos. Agradecería me brindaran orientación
sobre dónde dirigir mi queja a una autoridad competente porque,
finalmente, estamos hablando de privación ilegal de la libertad
y difamación.
Jorge Martínez Córdova
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