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México, D.F. martes 17 de abril de 2001 
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Editorial
 
OSCURANTISMO 

SOL El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Carlos Abascal Carranza, ha dado la razón a los sectores de la opinión pública que, desde el inicio del actual gobierno, lo ubicaron en el papel de secretario incómodo debido a su cerrazón ideológica y a su manifiesto conservadurismo. La confirmación más lamentable y nítida de este augurio fue el discurso pronunciado hace unas semanas por el funcionario, en el cual aconsejó a las mujeres que se resignaran a realizar las tareas del hogar en vez de participar activamente en el mercado laboral formal. La sugerencia resultó ofensiva por su misoginia explícita, y escandalosa porque fue formulada por el principal encargado de procurar, desde el gobierno federal, el desarrollo de relaciones laborales equitativas y libres de discriminaciones. 

Cuando todavía no se ha olvidado ese despropósito, sale a la luz pública un episodio de censura protagonizado por el propio Abascal, en su condición de padre de una alumna de un colegio privado en el que una profesora de español fue severamente hostigada por haber motivado a las estudiantes a leer textos de Gabriel García Márquez y de Carlos Fuentes. En carta a este periódico, el secretario del Trabajo reconoce su participación en el asunto, aunque desmiente haber solicitado "el despido o remoción" de la educadora. 

En la misiva, el funcionario aduce, con razón, que sus acciones con relación a la educación de sus hijos recaen en el ámbito de su vida privada. Lo inquietante del caso es ver hasta qué punto el propio Abascal recurre, en su desempeño público, a rasgos y tendencias que debiera mantener en la estricta esfera de lo privado, como la estrechez mental, el fanatismo religioso, el moralismo trasnochado y la ignorancia, el desprecio o la fobia por componentes fundamentales de la cultura contemporánea nacional y universal, como lo son los libros de Fuentes y García Márquez. 

Es el propio secretario del Trabajo quien trastoca, de esta forma, la información sobre un episodio de su vida privada que simplemente describe su oscurantismo y las fundamentadas críticas por su proyección pública de intolerancia e incomprensión del mundo, defectos que tiene derecho a ostentar --y hasta a regodearse en ellos-- en tanto que padre de familia, pero que descalifican su gestión pública. 
 

 

 

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