Espejo en Estados Unidos
México, D.F. domingo 1 de abril de 2001 
Búsquedas en La Jornada
 
Números Anteriores
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
Correo Ilustrado
Política
Economía
Cultura
Espectáculos
Sociedad y Justicia
Estados
Capital
Mundo
Deportes
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada de Oriente
Correo electrónico

 

Editorial
  
LE TOCARA A SLOBODAN MILOSEVIC 

SOL La lista de los pendientes de juicio por genocidio es larga, pero empieza a acortarse. Augusto Pinochet pasa sus últimos días tratando de evitar con subterfugios legales una justa condena por sus crímenes contra la humanidad, cometidos en Chile, Argentina y en todo el Cono Sur o en Italia; los militares argentinos implicados en las atrocidades cometidas por la dictadura desde 1976 hasta la aventura sangrienta de la guerra de Las Malvinas están siendo juzgados en España, Italia, Alemania, Francia, además de en su propio país y ni siquiera les salvan las anticonstitucionales y aberrantes leyes de amnistía (Punto Final o de Obediencia Debida); el torturador y saqueador capitán de navío Cavallo, detenido en México y que podría ser enviado a España para ser juzgado, difícilmente podrá escapar a su castigo y, anteriormente, el nazi Priebke, verdugo de los mártires romanos de las Fosas Ardeatinas, fue enviado desde Argentina a Italia donde fue condenado. Ahora le podría tocar el turno a Slobodan Milosevic, ex presidente serbio y yugoslavo. 

Este desencadenó las guerras étnicas en la ex Yugoslavia al responder con el ejército (serbio) a la secesión eslovena y al iniciar el combate contra el gobierno de Zagreb apoyando a los serbios de Croacia (que debieron enfrentar también la "limpieza étnica" impuesta por las tropas semifascistas croatas). Milosevic apoyó también a los grupos nacionalistas extremistas y genocidas serbios en Bosnia y, al suprimir la autonomía de los albanófonos de Kosovo, dio pretexto a las atrocidades cometidas por los independentistas de la misma e incluso a la agresión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte contra el pueblo yugoslavo, que estaba lejos de identificarse con Milosevic. Si bien el ex presidente yugoslavo no organizó el genocidio, sí apoyó en cambio a genocidas serbios y favoreció con sus acciones y con su nacionalismo los crímenes genocidas y el nacionalismo de sus adversarios, hundiendo así a su país en la barbarie y dando pretextos para una brutal e ilegal intervención extranjera que despedazó a la república que él decía defender y que hizo retroceder 30 años al pueblo de Serbia misma. 

La guerra de la OTAN contra Yugoslavia pospuso el ajuste de cuentas del pueblo yugoslavo con un hombre que había perdido ya la mayoría y la confianza de los yugoslavos. Nadie podía entonces atribuirle al extranjero la tarea de abrir una nueva etapa en la vida del país. Pero ahora llega el momento de cerrar una fase y de establecer las responsabilidades sin por eso ceder ante la OTAN ni darle razón a su ataque unilateral e ilegal. Porque el proceso a Milosevic ?si se efectúa? lo realizarán yugoslavos y no soldados de Washington y ya actualmente el reciente pasado está siendo juzgado por todo el pueblo yugoslavo. Quizás incluso un proceso al régimen anterior pueda impedir un nuevo desgarramiento de la República Federal Yugoslava (la escisión montenegrina que sin duda llevaría a esa pequeña república a conflictos fratricidas con los proserbios) y la extensión a Macedonia y a toda la región balcánica de las provocaciones del independentismo albanés, fomentado en clave antieuropea y antirusa por Washington. Muchos podrán alegar, con una primera visión superficial, que Milosevic representaba la soberanía yugoslava y que si es procesado lo será por los enemigos de ésta, o sea, por el poder de la OTAN, que en realidad ejerce EU. Eso es olvidar que buena parte de los yugoslavos se oponía a Milosevic antes de la agresión estadunidense y que aquél había servido anteriormente a Washington y al FMI. Si su pueblo, sin abdicar de su soberanía, decide imponer los elementos básicos de la democracia ?el respeto al otro? y frenar el nacionalismo reaccionario para no darle cauce en toda la región, ésta podría avanzar hacia su pacificación .

 

 

La Jornada, Coordinación de Sistemas Francisco Petrarca 118, Col. Chapultepec Morales, delegación Miguel Hidalgo México D.F. C.P. 11570 Teléfono (525) 262-43-00, FAX (525) 262-43-56 y 262-43-54