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México, D.F. jueves 22 de marzo de 2001 
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Correo Ilustrado
  
La generosidad, una salida al conflicto en Chiapas, señala 

Señora directora: No puedo salir de mi asombro con el anuncio de que el subcomandante Marcos se va y regresa con las manos vacías. No por él ni por su intransigencia, como dice la iniciativa privada, sino por el más elemental sentido de la dignidad. 

Soy un colombiano que ha tenido que huir con toda la familia de la guerra que azota a Colombia y hemos llegado a México que sigue siendo un lugar donde podemos reiniciar vida y productividad, de ahí la gratitud para con esta nación y nuestro respeto a sus leyes y, por lo mismo, nuestro permanente silencio frente a toda expresión que pueda ser considerada como participación política. 

Pero aún a riesgo de ser mal interpretados y deportados al infierno de donde tuvimos que huir, hoy me resulta imposible mantener este silencio. Precisamente porque venimos de la guerra. 

Hace más de 30 años Manuel Marulanda Vélez, jefe de las FARC, pidió al gobierno una carretera, una escuela y un centro de salud. Tuvo como respuesta el peor bombardeo aéreo que haya sufrido un país en toda la historia latinoamericana. Hoy el país entero está en jaque y no hay una sola familia que no haya sido afectada por la tragedia del asesinato de un padre, madre, hermano, tío o amigo. Ese es el mayor dolor de la guerra. 

Y no es que Marcos vaya a ser el futuro Tirofijo de México, sino que la ausencia total de generosidad y de visión está mandando una señal inequívoca a los movimientos que vayan surgiendo debido a las condiciones sociales que cada día se tornan más explosivas. Es imposible dejar de ver las condiciones de extrema miseria en que se encuentran los indigenas de México y la ausencia de todo espacio político para que expresen sus opciones. 

La autonomía indígena ya es una realidad jurídica en Colombia, pero lo que fractura a ese país es la guerra. Los señores del poder, en respuesta a una solicitud de escuchar, se quedan apoltronados en una arrogancia que maltrata, miedosos de tender una mano abierta, de paz. Hoy, el gobierno del presidente Andrés Pastrana quisiera negociar lo que fuera para detener la guerra. 

Ninguna generosidad es demasiada a fin de hallar salidas pacíficas para un país; ninguna apertura a la participación es demasiada democracia. Si escuchar unos minutos a quien se rebela ahorra sangre, nunca podremos hablar de demasiada generosidad. Por un elemental amor a México y a su pueblo. 

Alberto González Correa 


  
Denuncia la realización de censo religioso 

Querida Carmen: Hace unos días pasaron por mi casa dos señores enviados por el párroco de la iglesia San Juan Bautista de Coyoacán. Su misión era comunicarme el itinerario de la procesión religiosa por las calles de Coyoacán para conmemorar la Semana Santa, y ?esta sería mi principal preocupación? elaborar un censo católico para documentar el grado de religiosidad de los feligreses de esta zona, el tipo de sacramentos que han recibido y el grado de constancia con que asisten a sus obligaciones religiosas. Les contesté que ya había respondido a las preguntas del Censo Nacional de Población y que este tipo de encuestas, que no censos, me parecía irregular, para no usar un término más drástico. Respeto todas las manifestaciones de religiosidad de la gente, pero no creo en las imposiciones. Los parroquianos que me visitaron tan amablemente, sorprendidos ante mi negativa de contestar el censo, permanecieron largo rato frente a mi casa, haciendo anotaciones en la hoja que no quise llenar. No es necesario alarmarse, pero sí tomarlo en cuenta, como parte de otra de las acciones que se han emprendido últimamente en contra de las libertades constitucionales de los ciudadanos. 

Margo Glantz 


  
Recuerda a Angélica Inda 

Estimada señora directora: Valgan estas líneas para recordar a una mujer amorosa, lúcida y sensible que trabajó por el saber y la justicia toda su vida. La relación dulce y cuidadosa que mantuvieran Angélica Inda y Andrés Aubry demuestra una vez más que el amor existe. 

Ramón Vera Herrera 


  
Respaldo perredista a la ley Cocopa 

Señora directora: Los firmantes, militantes del PRD, nos pronunciamos firme y claramente a favor de la libre determinación y la autonomía de los pueblos indios reivindicadas por la marcha zapatista. Asimismo, consideramos fundamental que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Congreso Nacional Indígena, planteen sus argumentos a favor de la iniciativa de ley elaborada por la Cocopa en torno al reconocimiento constitucional de los derechos y cultura indígenas, en la tribuna del Congreso de la Unión. 

El PRD debe en todos los niveles de dirección y de representación popular apoyar decididamente las demandas que ha planteado el EZLN para la reanudación del diálogo. 

Armando Quintero, Clara Brugada, Bernadino Ramos, Gilberto Ensástiga, Fidel Robles, Carlos Imaz, Paco Ignacio Taibo II, Porfirio Martínez, Rosario Robles, Gilberto López y Rivas, Rigoberto Avila, Galdino Diego y Angel Pérez (Ver.), José Luis González (Nay.), Salvador Nava Calvillo (SLP), Carlos Morett, Antonio Velarde, Rosa Mota (Jal.), Eduardo León Chaín y Fernando Saavedra (Qro.), Bartolo Rosas, Ermi Rojano, Hilario Carranza (Hgo.), Gerardo Domínguez (Chis.); Leonel Godoy, Alejandro Encinas, Adrián Arroyo, Saúl Escobar, Imanol Ordorika, Paloma Saiz, Francisco Pérez Arce, Alejandra Avila, Federico Bavines, Luis Briones, Marcos González Coglan, Gabriel Mendoza, Enrique Rocha, Juan Reyes, Adolfo Llubere, Alfonso Mancilla y 50 firmas más 


 
Piden al EZLN permanezca unos días más en el DF 

Señora directora: Indignados, al constatar que nuestros "representantes" ante el Congreso de la Unión, en los hechos representan solamente intereses económicos, o, en su defecto, son cobardes y también retrasados sociales: 

Exigimos que como primer paso para que nuestro país inicie su proceso democratizador, el EZLN y el CNI sean recibidos en la más alta tribuna nacional para que la Constitución sea verdaderamente de todos los mexicanos. No aceptamos ni creemos posible iniciar el cambio anunciado y el supuesto desarrollo de México sin nuestros pueblos indios. 

Las organizaciones civiles y sociales de México encontramos nuestros anhelos y esperanzas expresadas en los del movimiento indígena mexicano por lo que una vez más decimos: ¡Nunca más un México sin ustedes! 

En los pueblos indios de México está el futuro de todos. Es impostergable su reconocimiento constitucional. Quienes son incapaces de percibirlo no merecen representarnos. 

Desconocemos a aquellos que ostentan títulos de legisladores y no representan la voluntad del pueblo para recibir y escuchar las demandas del EZLN, el CNI y la sociedad civil, expresados en los acuerdos de San Andrés. 

Exigimos la renuncia de todas y todos aquellos que no son capaces de cambiar, servir y mandar obedeciendo. 

La soberanía emana del pueblo y en los pueblos indios de México está el futuro de la nación mexicana. 

A la delegación del EZLN respetuosamente le decimo: sabemos que su decisión esta tomada en el sentido de regresar a sus comunidades de origen; sabemos también que lo han meditado a conciencia. Pero si no fuera mucho pedir, necesitamos un poco más de su tiempo. Por favor permanezcan unos días más en esta defectuosa ciudad. Sabemos que no es fácil porque la falta de respeto, la estupidez y el atraso que todavía padece la clase política mexicana y sus amigochos de la banca y las empresas es grande y evidente. Les pedimos nos den una lección más de resistencia; somos muchos, millones, algunos organizados, otros no tanto, pero todos y todas con el anhelo de aprender de ustedes la lección de dignidad, justicia y resistencia. 

Es el momento de que la sociedad civil demuestre que es capaz de cambiar, organizarse y ser verdaderamente nueva y triunfadora, pero no en el aspecto económico de unos cuantos únicamente, sino en el respeto a los derechos humanos y en la conciencia de que el futuro es el de toda la colectividad o no habrá un mañana. 

No aceptamos que se retiren sin ser escuchados porque su voz es la de todos nosotros. 

Somos 60 millones de mexicanos en la pobreza y 30 millones de ellos en la miseria extrema. ¿Son Diego, Enrique, Ricardo y Felipe, nuestros representantes, o son los que se oponen a la paz? Ellos son emisarios de un triste y desesperado pasado. Su voz no existe. 

Hermanos y hermanas zapatistas: el pueblo de México pide y necesita su palabra verdadera y seguir las palabras del Himno Zapatista. 
 
Ofelia Medina, Juan Valencia, Julieta Egurrola, Angélica Aragón, Damián Alcázar y varias firmas mas 

 

 

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