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México, D.F. lunes 11 de diciembre de 2000 
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Editorial
 
RANGEL SOSTMANN: ¿PAIS NO EDUCABLE? 

SOL Mal comienza su gestión Rafael Rangel Sostmann, presidente del Consejo Nacional de Educación para la Vida y el Trabajo, y malos son los augurios para esa nueva institución, cuyo titular, en entrevista con este diario, empieza por declararse impotente para mejorar el nivel de escolaridad de la mitad de los 36 millones de mexicanos que carecen, parcial o totalmente, de educación básica. 

A decir del funcionario, 18 millones de las personas que tienen algún grado de rezago educativo --analfabetos, sin educación primaria o secundaria-- se encuentran, por así decirlo, en una situación irremediable ("no son educables", asegura Rangel Sostmann, citando un diagnóstico del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, INEA), ya sea porque "son indígenas" o porque, por falta de alimentación adecuada en la primera infancia, "no desarrollaron su cerebro" y "no tienen la capacidad mental". 

La percepción del funcionario sobre los indígenas, los cuales "son muy difíciles de atender por el problema cultural y del lenguaje" contradice frontalmente los señalamientos formulados por el presidente Vicente Fox en su reciente discurso de toma de posesión, acerca de la necesidad de asumir que México es un país plural y diverso, así en lo cultural como en muchos otros ámbitos; el supuesto que la lengua y la cultura indígenas, e incluso su dispersión geográfica, son obstáculos para la educación, es una inaceptable falacia que linda con el racismo. 

En cuanto a la mención de ese grupo de "no educables" que, según Rangel Sostmann, padecen deficiencias cerebrales por carencias alimenticias en la infancia, cabe dudar del rigor científico del aserto y, peor aún, cabe preguntarse si no es una versión refinada del prejuicio clasista que pretende que los pobres son estúpidos. Ciertamente, en un entorno de injusticias y desigualdades sociales tan marcadas como el de nuestro país, toda persona situada por debajo de la línea de la pobreza podría considerarse "no educable", dado el esfuerzo personal y social que ha de invertirse en su enseñanza. Pero la principal razón de ser del sistema educativo público es, precisamente, dar escolaridad e instrucción en todas sus etapas a decenas de millones de mexicanos, independientemente de su condición social. 

Desde una perspectiva humanista, la tarea educativa del Estado debe reforzarse precisamente entre los sectores sociales que mayores dificultades tienen para acceder a la escuela y a la universidad. Excluir, de antemano, a tales sectores, de la educación, implica renunciar a obligaciones sociales insoslayables. Si las expresiones comentadas no son rectificadas en breve será obligado concluir que la carencia de capacidad mental no necesariamente se encuentra entre los sectores marginados, sino en las oficinas en las que se diseña la política educativa del país.

 

 

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