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México, D.F. martes 5 de diciembre de 2000
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Editorial
RELEVO EN EL DF

SOLHoy llega a su fin el primer gobierno democráticamente electo de la ciudad de México y se inicia la administración de Andrés Manuel López Obrador, primer gobernador capitalino electo para un periodo de seis años.

De 1997 a la fecha, con Cuauhtémoc Cárdenas primero, y con Rosario Robles en el último tramo, la capital de la República se ha estrenado como una colectividad con autoridades electas y ha dejado de ser el coto de poder presidencial que agraviaba a sus habitantes y los colocaba, ante el resto del país, como menores de edad políticos. La administración urbana, por su parte, ha dejado de ser el espacio óptimo para el saqueo y el desvío de recursos, actividades que en tiempos del ahora prófugo Oscar Espinosa Villarreal alcanzaron niveles de escándalo.

El mandato que está por terminar ha sido un periodo difícil, caracterizado por la hostilidad del Ejecutivo Federal, el PRI y el PAN --los cuales dejaron a la urbe en la intemperie presupuestal-- y por el acoso de los grandes conglomerados mediáticos, un acoso que empezó desde la campaña electoral de 1997. A pesar de ello, las administraciones de Cárdenas y de Robles demostraron que es posible la convivencia entre el gobierno nacional y un Distrito Federal en manos de la oposición. Más aun, demostraron que, con voluntad política, la problemática urbana, ciertamente desmesurada, puede empezar a resolverse.

López Obrador hereda, sin duda, una ciudad conflictiva, pero en búsqueda de soluciones. Han descendido los niveles de criminalidad e inseguridad --a pesar de la siempre activa campaña de histeria colectiva alimentada por ciertos medios, en especial electrónicos--, se ha combatido la corrupción en la administración pública con una determinación sin precedentes y, pese a la astringencia de recursos impuesta por el PRI y el PAN en el Congreso, se ha realizado obra pública de importancia. Asimismo, se ha emprendido una vasta tarea de reconstrucción del tejido social urbano, golpeado por tres lustros continuos de política económica neoliberal, empobrecedora y privatizadora, se han establecido espacios de convivencia y se ha dado un impulso inocultable a las actividades culturales y recreativas.

Ciertamente, es mucho lo que falta por hacer para restituir a la urbe su dimensión humana y su habitabilidad, y en este sentido el nuevo jefe de Gobierno enfrentará desafíos bien identificados: la relación con el gobierno federal, con las autoridades del estado de México, con jefes de delegación panistas y con una Asamblea Legislativa sin mayoría gubernamental; la batalla por el presupuesto en la Cámara de Diputados; la profundización de la lucha contra la corrupción y la impunidad --porque sería ingenuo ignorar la existencia de estamentos mafiosos que aún permanecen enquistados en la estructura de la administración pública--; el ordenamiento del transporte y del comercio ambulante; la recuperación ambiental; la dignificación, en fin, de la vida urbana.

Cabe esperar, por el bien de la metrópoli y del país, que tenga éxito en su gobierno.

 

 

La Jornada, Coordinación de Sistemas Francisco Petrarca 118, Col. Chapultepec Morales, delegación Miguel Hidalgo México D.F. C.P. 11570 Teléfono (525) 262-43-00, FAX (525) 262-43-56 y 262-43-54