Señora directora: Presento algunos comentarios al excelente artículo de Ilán Semo La guerra de las redes, sobre la relación entre lo público, lo civil y lo privado (La Jornada, 28 de octubre). 

La sociedad civil mexicana ha sido poco analizada, no obstante el papel protagónico que se le atribuye desde principios de los 90. La mayor parte de lo escrito al respecto proviene de dirigentes de ONG a las que el uso ha identificado con "la sociedad civil". Por lo mismo, lo que se ha dicho en referencia a ésta es más bien descriptivo y laudatorio. Son escasos los análisis críticos, a pesar de temas que lo demandan. Doy algunos ejemplos: 

Fundadores y fundadoras de ONG, como Alianza Cívica y el Movimiento Ciudadano por la Democracia, y de redes de "la sociedad civil" como el Encuentro Nacional de Organizaciones Civiles y Poder Ciudadano, han sido, o son, dirigentes de partidos y asociaciones políticas. Por otra parte, las ONG han servido para llegar por la vía rápida a diputaciones y puestos de gobierno. Hoy en día es larga la fila de líderes "ciudadanos" que buscan incorporarse al gobierno de Fox. Parece que una de las más redituables formas para acceder al poder político es promoviéndose como pilar de "la sociedad civil". Hay manifiesta vocación por el primero, no por la última. 

Las ONG que personifican a la sociedad civil han realizado campañas para exigir que los gobernantes transparenten los asuntos de interés público y rindan cuenta de sus actos. Con todo, dichas organizaciones no transparentan el origen de su financiamiento. Tampoco rinden cuentas a la población sobre democracia interna y respeto a derechos laborales de sus empleados y empleadas. Por ejemplo, ¿cuando esta "sociedad civil" ha invitado a ciudadanas y ciudadanos a discutir si es saludable que el gobierno estadunidense patrocine a ONG a través del Departamento de Estado y de agencias de espionaje como la Fundación Nacional para la Democracia? O ¿cuándo ha llevado a cabo consultas ciudadanas para preguntar si las ONG deben adoptar un código de ética y transparencia? 

El análisis crítico de la sociedad civil realmente existente en México está aún por hacerse. Lo que tenemos hasta ahora es una visión parcial e interesada. 
 
Atentamente, 

Primitivo Rodríguez Oceguera 

Estimada Carmen: Quiero decirle al doctor Dreyfus que en más de un sentido tiene razón. Vale la pena aclarar que mi descripción de la esquizofrenia protagónica del delegado en Miguel Hidalgo no tenía ninguna intención xenófoba, ni contra los niños ni contra los cantores. Si así se entendió, ofrezco disculpas, en particular a los vieneses, a los niños y a los cantores que no tienen responsabilidad alguna por la superficialidad y pésimo debut del delegado de Miguel Hidalgo. 
 
Doctor Carlos Imaz Gispert 

Señora directora: Por este conducto, queremos denunciar que el día 25 de octubre del presente año, a las 19 horas, ocho estudiantes de Trabajo Social, y que dijeron pertenecer al CGH, sustrajeron del estacionamiento (de paga) de la Facultad de Ingeniería, los boletos que comprueban la estancia de autos en dicho lugar. Acto seguido, trabajadores del Departamento de Vigilancia los interceptaron y les recogieron los boletos sin que pasara a mayores. Minutos mas tarde, a las 20 horas, el mismo grupo, pero ahora de aproximadamente 25 jóvenes, a la altura de la Facultad de Química detuvieron a dos vigilantes y arremetieron contra éstos, propinándoles una golpiza que los envió al hospital Adolfo López Mateos, los trabajadores golpeados son: Juan Valdespino Torres, jefe del turno vespertino de vigilancia y trabajador de Confianza, y Francisco Abad Sánchez vigilante de base sindicalizado en el STUNAM. Cabe hacer mención que uno de estos jóvenes golpeadores era Rodolfo Hernández, alias El ronco, de Trabajo Social. Es preocupante que quienes se dicen víctimas de la represión recurran a ésta, como si los trabajadores fueran los culpable de lo que pasa con el CGH. El enemigo de este movimiento está precisamente en la derecha universitaria de la que también forman parte algunos grupos dentro de este organismo estudiantil. Esperamos que ya no se den mas agresiones contra la vigilancia universitaria, sólo recordemos que en la Preparatoria 3 los golpeados con saña fueron también trabajadores de vigilancia y las imágenes están bien claras, garrotazos contra personas sin nada con que defenderse simplemente fue un abuso de fuerza innecesaria, y vemos que las cosas siguen una espiral de violencia grave. Hacemos un llamado a la comunidad universitaria a repudiar estos actos. Atentamente 

Delegación Sindical del Turno Vespertino de Vigilancia STUNAM 
 
Emilio Benítez Aycardo, Alberto Arreola Olmos y Pedro Martínez Meléndez 

Señora directora: En el número 5800 de La Jornada, con nota del 22 de octubre actual, aparece un relato que firma la periodista Rosa Rojas, quien dice haberme llamado por teléfono. 

Se trata de un relato hecho por Marcos Paz y Efrén Capiz que repiten y repiten cada vez que piensan que los tiempos políticos favorecen sus inexactitudes. Contestar con notas y más relatos a mentiras y ambigüedades y a las acostumbradas intenciones de involucrar autoridades y nombres conocidos o desconocidos de supuestos victimarios, es llenar los periódicos con material que los lectores, por su propio contenido, si lo leen ya no creen y menos cuando el repetido es sistemático. 

Con la documentación legal de este asunto y el diálogo con personas verdaderamente victimadas por estos dos señorones de la labia y el engaño, bastante bien identificados en Michoacán, puedo demostrar la aviesa falsedad de sus afirmaciones. 

Suplico a usted, señora directora, darme las mismas facilidades de ser visitado por La Jornada, así como publicar mi carta en la sección que corresponde. Con mis atentos respetos a su persona y mi reconocimiento a la importante empresa que dirige, me suscribo a sus apreciables órdenes. 
 
Guillermo Arreola Estrada 

Señora directora: El señor Guillermo Arreola pareciera poner en duda que le llamé, mientras estaba elaborando el reportaje sobre la problemática agraria y ecológica en el Lago de Zirahuén, Michoacán, para conocer su versión de los hechos relatados por Marcos Paz y Efrén Cápiz. Yo llamé seis días antes de la publicación del reportaje a la oficina de Impulsora de Zirahuén y me atendió amablemente la señorita Silvia Hernández, a quien le solicité hablar con él y le expliqué la razón. Ella dijo que le transmitiría el mensaje. Aproximadamente tres horas después, insistí en la llamada. La señorita Hernández me informó que ya le había dado el mensaje al contador Arreola y que él se comunicaría conmigo. Su llamada nunca llegó. Ahora tenemos su versión de los hechos. 
 
Rosa Rojas 

Señora directora: Los politécnicos recibimos con agrado el seguimiento que La Jornada ha venido dando a los acontecimientos políticos y sociales de nuestra alma mater, por lo que nuevamente la molestamos para que publique estas líneas que van en el sentido de desmentir categóricamente que en el IPN se este llevando a cabo una consulta desde las bases para definir su marco jurídico y establecer la autonomía. 

Nos referimos a la nota de la agenda publicada el día 26 de octubre en la sección Sociedad y Justicia de La Jornada, donde se afirma que la próxima semana se darán a conocer los primeros resultados de la ''consulta que el Poli realiza a la comunidad''. 

Si bien es cierto que los politécnicos deseamos cambios jurídicos y administrativos que nos permitan avanzar como la primer institución de excelencia tecnológica en nuestro país, también pedimos que los encargados de dirigir el rumbo politécnico realmente convoquen a estudiantes, profesores, trabajadores, y organizaciones de egresados para impulsar la tan anhelada autonomía politécnica y que no sea una consulta virtual como la emprendida por el actual director general. 
 
Fraternalmente, 

Círculo de Economistas Democráticos. 
Alfonso Tello Nolasco 

Señora directora: En la edición del 28 de octubre del diario que usted dirige (páginas 10 y 11) se publica un desplegado firmado por militantes y dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en el que aparece mi nombre. Al respecto, me veo en la necesidad de aclarar que, independientemente de mi acuerdo o desacuerdo con su contenido, no conocía el documento antes de leerlo en el periódico, por tanto, no pude haberlo suscrito. 
 
Atentamente, 

María Esmeralda Vázquez Osorno