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México, D.F. lunes 10 de julio de 2000
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Editorial

ƑFIN O RECICLAJE DE LAS CORPORACIONES?

SOL Dadas las características del virtual presidente electo, Vicente Fox, que es un empresario apoyado por empresarios y partidario de la "desregulación" sindical para liberar de trabas al mercado, es de prever que él mismo enfrentará al aparato corporativo sindical que durante tantos años fue una de las columnas del Partido Revolucionario Institucional. Sin embargo, es significativo que nada menos que el líder oficial del desmantelado sindicato ferroviario y gran artífice de la privatización de los ferrocarriles, además de diputado del Bronx priísta, Víctor Flores, se haya apresurado a ponerse al servicio del futuro presidente y que otros dirigentes sindicales hayan ya ablandado sus posiciones iniciales ante el candidato triunfante y esperen negociar con él.

ƑRecogerá Fox la toalla de las burocracias sindicales que temen perder los fondos y los apoyos que recibían del gobierno o, por el contrario, sacará partido de la debilidad de las mismas para emprender, lo antes posible, una ofensiva ųque sabe popularų contra ellas? Como se recordará, un importante precursor de Fox en la aplicación de la política neoliberal ųCarlos Salinas de Gortarių dio una señal a los empresarios, al país y al aparato corporativo sindical al derribar el poder del sindicato petrolero y encarcelar al dirigente del mismo, Joaquín Hernández Galicia, La Quina, hasta entonces política y sindicalmente todopoderoso. En efecto, la continuidad de una política neoliberal es incompatible con el poder de las corporaciones. Además, las exigencias de democratización del país expresadas en el voto contra el PRI pueden ser satisfechas a bajo costo con medidas contra los dirigentes del Congreso del Trabajo y de los sindicatos corporativos, que son sumamente impopulares.

Como se sabe, el PAN, partido que pasará a ser oficialista, ha presentado un proyecto de reforma de la Ley Federal del Trabajo al cual atribuye prioridad. Si se tiene en cuenta que las bancadas actuales seguramente se modificarán cuando diputados del PRI y del PRD comiencen a acercarse al gobierno de Fox, sea por las divisiones en sus partidos, sea por cooptación, es muy probable que el proyecto en cuestión pase sin una defensa extrema priísta y con el apoyo de una parte importante de la bancada perredista, modificando así profundamente el actual panorama sindical. Existe al respecto el relativamente reciente antecedente argentino, cuando el presidente liberal Raúl Alfonsín (de la Unión Cívica Radical) intentó desmontar el corporativismo sindical peronista y romper el monopolio de la poderosa y corrompida burocracia de la Confederación General del Trabajo y, más lejano, el ejemplo del desmantelamiento del aparato sindical callista de Morones por Lázaro Cárdenas. De modo que, aunque el panorama sindical pueda llevar a una desregulación favorable a las empresas, también podría darse el caso de que se abriese un proceso más apto para la democratización interna de los sindicatos en manos de las burocracias que se eternizaban en el poder mediante la corrupción y la violencia e, incluso, que aumentase la posibilidad de crear núcleos democráticos de organización sindical.

Otra cosa podría suceder en el campo: el hacendado Fox sin duda mantendrá la política agrícola de sus predecesores, en lo que se refiere a la importación de productos, a los salarios miserables de los jornales agrícolas, a la estrechez crediticia y también utilizará, como lo ha dicho, Procampo, Progresa y programas asistenciales y clientelares similares. Dado que esa política agrícola general es conflictiva con el sector rural, necesitará mantener el equipo de funcionarios y los lazos del PRI en el mismo, ya que el PAN carece de apoyos rurales. Quizás los caciques y el aparato clientelar salgan entonces ahí mejor librados que los llamados "charros", en cuyo caso su presencia podría introducir un elemento de priísmo en la política del futuro presidente, que todavía no ha definido ni plazos, ni métodos, ni prioridades.


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