Espejo en Estados Unidos
México, D.F. domingo 4 de junio de 2000
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Editorial

UNA SIMPLIFICACION EXCESIVA

SOL En la Conferencia sobre el Gobierno y la Modernidad (una especie de taller de la llamada Tercera Vía), que está reunida en Berlín y que cuenta con la asistencia de 14 jefes de Estado - entre los cuales están Fernando Henrique Cardoso, brasileño; Fernando de la Rúa, argentino, y Ricardo Lagos, chileno-, el sociólogo británico y consejero áulico de Tony Blair, Anthony Giddens, dijo que el objetivo de los científicos sociales es ''simplificar nuestros complejos pensamientos e ideas para que puedan entrar en las cabezas de los ocupados políticos''. Si uno deja de lado el juicio despectivo (Ƒo realista?) del padre de la Tercera Vía sobre los ejecutores de la misma, queda de todos modos planteado el problema de hasta dónde los Giddens simplifican o son simples, así como la cuestión de en qué se diferencia realmente su política de la que propone e impone el ''pensamiento único'' neoliberal.

Al respecto, el aquelarre berlinés de los ''progresistas'' europeos ampliado a algunos sudamericanos y de otros continentes, muestra más que todo mucha confusión. En efecto, mientras Bill Clinton en Alemania intentó imponer a los europeos su política reaganiana de construcción de un escudo antimisiles nucleares y una integración total de Turquía en la Unión Europea, dejando de lado la oposición a la falta de democracia en aquel país, los de la Tercera Vía -que, como el canciller alemán Gerhard Schröeder, se oponen a ese proyecto- se limitan a esperar que la irrealizable propuesta rusa de crear ese escudo entre todas las potencias nucleares (incluidas Francia, China, India, Pakistán) impida que el Pentágono y la industria armamentista estadunidense traten de hundir a Rusia y a Europa, y se limitan a hablar sobre la llamada Nueva Economía (basada sobre la electrónica y la cibernética), mientras tienen una desocupación masiva y la pobreza y el hambre mundiales se agravan.

Ese irrealismo expresa una grave impotencia y no puede ocultar el hecho de que la Tercera Vía está en aguda crisis. Los socialistas franceses han disminuido la desocupación y reducido la tensión con los inmigrantes al concederles el voto en las municipales. Han podido hacerlo precisamente porque se oponen sea a Estados Unidos que a la llamada Tercera Vía, como se vio incluso en la reciente reunión de la OTAN en Florencia. En cambio, los socialistas españoles, los demócratas de izquierda ex comunistas de Massimo D'Alema, el new labour de Tony Blair y el mismo partido socialdemócrata alemán de Schröeder, sólo han recibido derrotas electorales gracias a su excesivo alineamiento con el neoliberalismo y con el presidente Clinton, cuyo traductor europeo es el dúo Giddens-Blair. Por lo tanto, la lucha entre Europa y Estados Unidos prosigue y se expresa también en qué hacer con Rusia y con la política militar -que obligaría a rusos y europeos occidentales a enormes gastos incompatibles con el mantenimiento siquiera de la esperanza en una política social de reforzamiento del mercado interno- y es una tensión en la que Washington sabe qué quiere y tiene los medios para intentarlo y los demás emiten ideas fumosas que no pueden ni sintetizar ''para que entren en la cabeza de los políticos'' ni, mucho menos, para que sean aceptadas y engendren consenso popular como ideas-fuerza. ƑCuál modernidad pueden ofrecer así los reunidos, si no es la que imponen las finanzas? Ƒcuál gobierno pueden ofrecer a Europa? Es más: Ƒcuánto tiempo podrán conservar siquiera el gobierno en sus respectivos países si sus ideas se limitan a las que simplifican los Giddens y sus colegas?


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