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México, D.F. domingo 9 de abril de 2000
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Editorial

EL NEOLIBERALISMO SACUDE LOS ANDES

SOL Los efectos de las políticas neoliberales, muy duros en todas partes, han sido particularmente terribles y desestabilizadores en todo el arco andino, marcado desde siempre por la desigualdad social, por la riqueza de los recursos y la miseria de la mayoría de los habitantes y por la violencia.

Colombia, en efecto, se debate desde hace decenios en una violencia social y política que ha cobrado cientos de miles de muertes y que parece no tener fin, ya que la guerrilla extiende el territorio bajo su control, pero no puede vencer y tampoco se puede llegar a la paz pues el terrorismo militar y paramilitar impide las negociaciones.

Ecuador, por su parte, ha presenciado la deposición por motines populares de sucesivos presidentes y la constitución efímera de un gobierno basado en las naciones indígenas pero apoyado por jóvenes militares nacionalistas y jueces y políticos democráticos y ahora enfrenta la dolarización de su economía en medio del descontento popular y de un continuo empobrecimiento de la mayoría de sus ciudadanos, lo cual hace presagiar otros estallidos.

Perú, más al sur, llevó al gobierno a un agrónomo desconocido simplemente porque la gente creía que un chino no iba a hacer la política de la oligarquía blanca, pero Fujimori, apenas nombrado presidente, no sólo hizo caer en un solo día el 40 por ciento del poder adquisitivo de los peruanos con su fujichoc económico sino que se dio además un autogolpe, disolvió el Parlamento y gobernó a sangre y fuego. Ahora crece la candidatura de un indígena ex lustrabotas, Alejandro Toledo, El cholo, por la misma razón por la cual había crecido en su momento la del chino Fujimori, pero el gobierno y el ala militar que lo apoya y está ligada al narcotráfico y a la represión, creen sin embargo poder forzar las urnas. La protesta de la Organización de Estados Americanos, que dice que no hay garantías electorales, y la presión de Estados Unidos contra la posibilidad de fraude hacen ver, no obstante, que Fujimori ha perdido aliados internacionales, mientras que la oposición habla de revueltas populares en el caso de la perpetuación ilegal en el poder de un presidente que ya violó varias veces la Constitución para permanecer en él.

En Bolivia, por último, la privatización del agua ha provocado, como antes la dolarización en Ecuador, la toma de carreteras y el aislamiento de las ciudades. El presidente Hugo Bánzer, ex dictador, recurre a los métodos de antaño y ha decretado el estado de sitio para acallar con la fuerza la protesta campesina y de los trabajadores.

En todo el arco andino el aumento de la pobreza y de la miseria está hoy acompañado por el aumento de la protesta social y política y de la organización, sobre todo, de campesinos e indígenas. Y la emigración no actúa ya como válvula de escape, entre otras cosas porque la crisis argentina lleva a las autoridades del país hacia donde iban los emigrantes en busca de empleos mejor pagados a practicar una política de expulsión que tiene hasta visos racistas, contra los peruanos y bolivianos en particular. La temperatura social por consiguiente crece, pero los gobiernos siguen empeñados en practicar una política que une las privatizaciones al aumento de la desigualdad social, la violencia y la corrupción. Parecen ignorar la advertencia de Talleyrand, ministro de Relaciones Exteriores, a Napoleón I: "Con las bayonetas se pueden hacer muchas cosas, menos sentarse sobre ellas". ƑNo valdría más acaso escuchar menos al Fondo Monetario Internacional y más lo que sucede en los hogares y en las mentes populares?


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