FMI: UNA VEZ MAS
Como publicamos en nuestra edición de ayer el gobierno solicitó al Fondo Monetario Internacional la entrega de mil 211 millones de dólares para pagar deuda pública y se comprometió a respaldar ese nuevo préstamo con privatizaciones por 37 mil millones de pesos, correspondiente al blindaje financiero además de "consultar" al organismo la adopción de cualquier medida y de realizar ulteriores ajustes del gasto público si hubiese una eventual pérdida de ingresos (por ejemplo, una caída de los precios petroleros). En palabras pobres, se está contratando una nueva e ingente deuda para pagar parte de la deuda antes contratada, se está dando como garantía, bajo la forma de privatizaciones de bienes y servicios nacionales, una suma tres veces mayor a la prestada, se está sometiendo la adopción de cualquier decisión económica importante a la aprobación por el FMI y se decide recortar el presupuesto público por simple decisión gubernamental independientemente de lo que haya discutido y aprobado el Parlamento. Todo eso, para colmo, en un periodo prelectoral, en el que tales decisiones sobre el patrimonio común de todos los mexicanos comprometen el futuro y cargan la deuda sobre las espaldas de quienes asuman el nuevo gobierno...
Pero lo más grave en este caso es el hecho de que las cuentas no cuadran y que la operación tiene lados muy oscuros que se ocultan al país. En efecto, si sólo se privatizasen la mitad de la Aseguradora Hidalgo y tres grupos aeroportuarios, la cifra que se podría recaudar con esa venta no llegaría a un tercio de la prometida al FMI, lo cual hace sospechar que detrás de la operación con éste hay otras mayores concesiones o bien privatizaciones mayores que el gobierno juzga "poco sano" dar a conocer, sobre todo en estos momentos.
Es significativa al respecto la experiencia sudamericana. Por ejemplo, el mismo FMI acaba de conceder a Argentina 7 mil 200 millones de dólares, mil 700 de los cuales otorgó de inmediato, pero con el compromiso de reducir a la mitad en este año su actual déficit fiscal (despidiendo burócratas, vendiendo empresas y servicios) y sobre la base de la previa aprobación de una brutal legislación laboral que elimina o reduce en lo posible las indemnizaciones por despido, las vacaciones, las compensaciones sociales y establece un larguísimo periodo de prueba con salario reducido para los trabajadores de las empresas privadas. Además, el dinero del FMI estará a disposición de Argentina sólo si el propio FMI considera que ha estallado una crisis financiera internacional, en cuyo caso el aumento de la deuda serviría para pagar a los acreedores del país del Plata. Igual cosa sucede en el caso de Ecuador, al cual el FMI ha concedido 2 mil millones de dólares para los próximos tres años, 300 millones de los cuales durante el año en curso. Con esa nueva deuda el gobierno de Quito pagará 180 millones de intereses atrasados sobre sus 6 mil millones de deuda en bonos Brady y eurobonos y, por lo tanto, ni siquiera verá el color de la mitad de la "ayuda" inmediata a recibir, la cual deberá rescatar lo antes posible el sistema bancario ejecutando sin excepción todas las deudas con los bancos en crisis, dolarizar su economía, profundizar aún más el ajuste estructural que le ha sido impuesto y que llevó al país al borde de la guerra civil y que provocará, sin duda, fuertes movimientos sociales. Sería por tanto conveniente saber de dónde sacará la libra de carne el Shylock FMI y a qué se han comprometido los negociadores, no tan ingenuos como la Porcia shakespeariana...
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