ULSTER: DE NUEVO LOS INGLESES
Tras 72 días de gobierno autónomo de todos los nordirlandeses en el palacio de Stormont, el Ulster cae nuevamente bajo un gobierno directo de Londres. Con esto, muy probablemente, reaparecerá la violencia (a decir verdad, jamás desaparecida totalmente, pero contenida por una larga tregua aceptada tanto por el Sinn Fein y el clandestino ERI -Ejército Revolucionario Irlandés- como por los Unionistas, protestantes, y sus grupos terroristas igualmente ilegales). Un intento de última hora del Sinn Fein de hacer llegar una propuesta del ERI sobre el espinoso problema del desarme generalizado fue desdeñado por las autoridades de Londres. Estas, por otra parte, intentan convencer a la opinión pública de que el fracaso del experimento autonómico limitado con el cual se quiso terminar con la espiral de atentados terroristas de ambos bandos, se debe fundamentalmente a que los independentistas irlandeses no han entregado ni quieren entregar o prometer dar "ni siquiera una bala". En realidad, tanto el ERI como los grupos clandestinos terroristas protestantes no aceptaron desarmarse durante el periodo de tregua: los primeros porque sostienen que mientras exista un soldado extranjero de ocupación y el Reino Unido esté detrás de los protestantes no pueden ni quieren perder la única garantía que les queda, si no de independizarse, al menos de ser escuchados, y los segundos porque alegan que ante la eventualidad de ataques terroristas del ERI, las armas les permiten ejercer la Ley del Talión. Londres, como siempre, se beneficia con estos rencores y desuniones y no da el único paso necesario para poner a la prueba la buena voluntad de los sectores en pugna y abrir el camino a la paz: la retirada de sus tropas al territorio del Reino Unido, abandonando el irlandés, como hizo De Gaulle con Argelia, aun a costa de un agudo conflicto con los terroristas civi- les y militares de la "Argelia francesa".
Si el gobierno conservador de Madrid no hizo ni hace nada para pacificar al País Vasco y cifra todas sus esperanzas en la ilusión de aplastar a los terroristas independentistas, el del liberal-laborista Tony Blair, que pareció al principio ser más político y más realista, parece desear imitarlo y haber optado por la misma actitud "musculosa" que lo puso a la vanguardia del ataque militar de la OTAN contra Yugoslavia y dio tanto peso a sus mandos militares.
La inquietud de Dublín, la mediación discreta de la Iglesia católica y de los sectores irlandeses y pacifistas de Estados Unidos parecen pesar hoy menos que la búsqueda imposible de una división y de una rendición del ERI y del Sinn Fein (en cuyo seno sin duda hay diferencias entre "extremistas" y "posibilistas" pero donde todos coinciden en que no pueden capitular lisa y llanamente ante el ocupante). ƑEstamos así ante la inevitabilidad de nuevos atentados sangrientos e indiscriminados por ambas partes? ƑO la comunidad irlandesa del Ulster y de la República del Eire y las comunidades de diferente religión, deseosas de paz, presionarán suficientemente para aislar a los militaristas de ambos lados y a Londres a modo de reabrir un periodo de negociaciones marcado por una tregua y de buscar la simultaneidad del desarme de los irlandeses con la retirada de los ingleses?
Si la comunidad internacional pesase suficientemente sobre el Foreign Office en Londres y sobre las partes en conflicto todavía podría evitarse una nueva tragedia en Europa. Esta está ya marcada terriblemente por la guerra contra Belgrado y el inhumano bloqueo a Yugoslavia, por la guerra en Chechenia, por el terrorismo vasco y corso, por la victoria del nazismo en Austria y no puede permitirse la apertura de otro foco de guerra en Irlanda.
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