Jueves 11 de diciembre de 2025, p. 4
La polémica rodea el regreso al Palacio de Bellas Artes de La leyenda de Rudel, la última ópera del mexicano Ricardo Castro (1864-1907), tras 73 años de su primera presentación en ese recinto, que hoy tendrá la última de sus tres funciones.
Aunque las autoridades lo catalogan y promueven como un “rescate”, el director de orquesta Miguel Salmon del Real documenta que él ya había recuperado y estrenado la versión original en 2014.
En entrevista, el también investigador explica que, antes de haberla “exhumado” del archivo de su autor, la obra se había presentado en el país sólo en un par de ocasiones y nunca en el idioma en el que fue escrita.
La primera fue en su estreno, en 1906, cantada en italiano, y la segunda en 1952, en Bellas Artes, en español. Fue hasta 2014, tras rescatarla y elaborar una edición crítica de la obra –tareas a cargo de Salmon del Real–, que se estrenó en francés y con la orquestación original que se creía perdida, afirma.
Frente al montaje actual de la Compañía Nacional de Ópera, con el que cierra su temporada 2025, el director busca hacer un “ejercicio de memoria histórica”. Su objetivo, enfatiza, “no es crear polémica, sino ser éticamente responsable” y apelar a la “conciencia social y a la ética en la investigación”.
Plantea inquietudes concretas porque, defiende, el uso ahora de la palabra “rescate” omite reconocer el trabajo que realizó hace 11 años de la mano de la Secretaría de Cultura y la Sinfónica de Michoacán, el gobierno federal, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim) Carlos Chávez.
“Buscamos una conciencia completa e inclusiva, no sobre una persona, sino sobre un equipo, un esfuerzo colectivo y un país que guarda su historia”, agrega y sostiene que intentó “un diálogo privado” al enviar una carta a las autoridades culturales, de la que no ha obtenido respuesta.
Es por la música, no para el ego
Por parte del Cenidim, institución involucrada en el actual montaje, los musicólogos Víctor Barrera y Elena Kopylova explican, también en entrevista, el exhaustivo trabajo detrás de la partitura usada ahora en Bellas Artes.
Barrera, director de la citada institución, muestra la digitalización del manuscrito original de la ópera que, según el archivo electrónico, esa institución resguarda desde el 15 de agosto de 2007. “Este material lleva casi 20 años aquí y nunca se había hecho nada con él”, indica.
Ambos investigadores describen un proceso meticuloso que comenzó antes de 2023, a partir de las fuentes primarias. “Académicamente es crucial concentrarse primero en el manuscrito. De ahí se despliega todo”, apunta Kopylova.
Su metodología, detallan, exigía primero llevar la obra a la escena para, desde la práctica y las observaciones de los involucrados en la puesta –director concertador, músicos y cantantes—, tomar decisiones editoriales que conduzcan a una edición crítica, práctica y de libre acceso.
Barrera destaca que es un rescate “porque todo este esfuerzo se traducirá en materiales accesibles y disponibles públicamente” en el repositorio Inbal digital. “Apostamos por la democratización de la cultura”.
Ante el posicionamiento de Salmón del Real de omitir el trabajo de 2014, los especialistas lo atribuyen a una cuestión semántica y de “timing” en un proceso editorial realizado por “fases rigurosas”.
“Creo que este asunto, al final, se reduce a una cuestión semántica”, el significado del término rescate, señala Barrera, al asegurar que no hay intención de desconocer ni demeritar lo hecho de forma previa.
Subraya que será en una siguiente etapa, la de análisis histórico e historiográfico –una vez que se tengan listas la partitura orquestal, la vocal y las particellas–, en la que se reconocerán todos los antecedentes, entre éstos el trabajo y el montaje realizado por Salmon del Real en Michoacán y la versión presentada en Monterrey por el Mexico Opera Studio en 2022.
“Por supuesto que respetamos la ética académica. Grave sería que saliera todo el aparato crítico ignorando trabajos previos. Nosotros no nos apresuramos, nos tomamos el tiempo para hacerlo lo mejor posible. Si en cinco o 10 años viene otra edición, la aplaudimos. Siempre hago votos para que haya muchas ediciones”, sustenta.
Kopylova agrega que, pese a la presentación de 2014, para su investigación no tuvo acceso a la partitura de la ópera que se realizó en esa ocasión y trabajó con “copias de baja calidad”, lo que, resalta, refuerza la necesidad del trabajo actual.
En la charla con este diario, ambos musicólogos expresan de forma reiterada su espíritu de colaboración. “Aquí no se trata de dividir; no pensar ‘me están quitando algo’, sino sumar esfuerzos para que la música de Ricardo Castro suene cada vez mejor. No trabajamos para satisfacer egos, sino para la música”, aseveran.
Barrera se comprometió a responder la citada misiva de Salmon del Real, la cual no ha podido atender, justifica, por “la locura” de los preparativos del montaje y niega cualquier animadversión.
“No hay mala intención ni falta de ética; es cuestión de timing. Estamos en la complejidad del trabajo de partitura. No es momento de empezar a ver la parte histórica”, concluye.












