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Arrecia disputa entre la comunista Jara y el derechista Kast por presidencia chilena
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 9 de diciembre de 2025, p. 26

Santiago. Chile entró en la recta final de la carrera presidencial cuyo desenlace ocurrirá el domingo 14, cuando en segunda vuelta se enfrenten la militante comunista y abanderada de la centro izquierda, Jeannette Jara, y el republicano José Antonio Kast, un fanático religioso partidario de la dictadura de Augusto Pinochet (1973/90) que llega como favorito.

La oficialista, quien hace un mes venció en primera vuelta con 26.85 por ciento, tiene un panorama muy difícil porque la suma de votos que obtuvo Kast (23.92 por ciento) más las otras dos candidatos derechistas, le dieron al sector casi 51 por ciento de las preferencias.

Es probable que pocos electores conservadores opten por migrar a la candidatura de Jara.

Sabedora de eso, la aspirante –de 51 años, administradora pública y ex ministra del Trabajo del presidente Gabriel Boric– se volcó a una campaña dura con ataques a Kast como un riesgo para los derechos sociales de los que fue gestora: reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales –una conquista muy valorada– y la reforma previsional, cuyo sello solidario agrietó el modelo de ahorro individual, permitiendo el incremento a la pensión básica de 2 millones de personas.

La semana pasada, en un debate radial que tuvo 4.5 millones de oyentes, Jara cargó fuerte contra el equipo de Kast y denunció a su potencial ministro de Hacienda, Jorge Quiroz, al recordar que fue sancionado porque ideó la “colusión del pollo”, un acuerdo ilegal entre empresas avícolas y supermercados entre 2008 y 2011 para fijar precios.

“Tienes en tu equipo a gente que se jode a la gente. Tú te jodes a la gente. El punto es que los amparas en tu equipo”, le espetó ella.

Quiroz figura además en la “colusión de las farmacias”, cuando acordaron el precio de 200 medicamentos esenciales en 2007 y 2008.

Jara tendrá oportunidad de mantener su ofensiva este martes, en un debate televisivo.

Kast, de 59 años, abogado, padre de nueve hijos, es postulado por tercera vez, antes en 2017 y 2021. Su campaña, además de culpar al actual mandatario de cuanto mal padece el país y de asociarlo a su rival –“Jara es Boric y Boric es Jara”, afirmó este domingo– se basa en un discurso antimigrante, con la promesa de sacar a 330 mil en situación irregular.

Estructuró un discurso que apela al miedo a la delincuencia, caracterizada por la violencia de los crímenes a menudo a cargo de sicarios venezolanos y colombianos.

Kast evita responder sobre aborto, matrimonio igualitario, eutanasia, control de la natalidad, sexualidad en la educación, y menciona “ideología de género” para referirse al feminismo.

Visitó a condenados por delitos de lesa humanidad, la mayoría militares y es partidario de enviarlos a sus casas.

Según la socióloga Silvia Lamadrid, que Kast evite la retórica contra feministas y diversidades sexuales, no implica que varió convicciones, “que ha practicado consecuentemente en su propia familia. Su visión de las relaciones de género es patriarcal y en ella el papel de las mujeres es la crianza y el cuidado de otros, renunciando a su proyecto de vida”.

El economista Eugenio Rivera, director de la Fundación Casa Común, plantea que “con Kast llegaría al gobierno un partido que se ha negado a acuerdos. Se vio en el segundo proceso constitucional (2023), cuando republicanos quisieron imponer una Constitución que representaba un retroceso en las libertades y derechos de la gente para vivir de acuerdo con sus valores y aspiraciones”.

Álvaro Ramis, rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, publicó que Kast es “una defensa del orden, la autoridad vertical y la homogeneidad cultural”, un conservadurismo que “suele ocultar privilegios, justificar jerarquías y minimizar la diversidad como un problema más que como una riqueza democrática”.

Si Kast gana, la izquierda chilena deberá encontrar respuesta a qué erró para que tras seis gobiernos progresistas, desde 1990, y a 52 años del golpe militar de 1973, la antípoda de todo aquello se convirtió en mayoría.