Lunes 8 de diciembre de 2025, p. 16
Para reducir el impacto ambiental de los platos y envases desechables y generar productos inocuos que fortalezcan la economía circular, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrolla utensilios que se degradan en poco tiempo al utilizar de materia prima cáscaras de fruta, incluidos melón, papaya, piña, mango, plátano y aguacate, restos de verduras y hortalizas.
Elier Neri Torres, investigador en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas y dirigente del proyecto, indicó que buscan obtener utensilios que se degraden en muy poco tiempo, pues en la actualidad “muchos productos plásticos se comercializan como biodegradables sin serlo al 100 por ciento, lo que genera una falsa percepción”.
El proyecto posdoctoral consiste en recolectar diariamente en la cafetería escolar los residuos orgánicos, los cuales se someten a un proceso de secado con energía solar, estufas especiales y hornos de convección.
Para los investigadores, dar una segunda vida a los desechos es un paso esencial hacia la reducción de la huella de carbono y la aplicación de los principios de la química verde. “No podemos pedirle a la gente que se coma la cáscara de ciertos vegetales, pero sí podemos convertirla en productos útiles”, destacó Neri Torres.
En cuanto al rendimiento de los envases, indicó que si bien se busca fabricar platos de uso inmediato, el equipo de investigadores analiza incorporar agentes antimicrobianos naturales para prolongar su vida en anaquel sin generar contaminantes.
La investigación tiene un avance de 75 por ciento, en un periodo de seis meses a un año estarían listos los primeros prototipos, informó el Politécnico. Antes de su liberación, los utensilios deberán pasar pruebas microbiológicas y de inocuidad, además del escalamiento del proceso en un reactor de mayor capacidad.












