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Residentes, comercios y visitantes expresan molestia

Con hasta cuatro hileras de bloques de 800 kilos blindan el Primer Cuadro

Servidores y policías resguardan ante el posible arribo de caravana de campesinos con tractores

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▲ En el cruce del corredor Madero y la calle Palma, uno de los accesos principales al Zócalo, bloques de concreto generan aglomeraciones y molestia a los transeúntes.Foto Elba Mónica Bravo
 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de diciembre de 2025, p. 33

Decenas de bloques de concreto, de más de 800 kilogramos cada uno, colocados en dos, tres y hasta cuatro hileras, así como vallas metálicas de popotillo se instalaron desde la madrugada de ayer en las calles del Primer Cuadro de la capital para reforzar el blindaje de acceso al Zócalo, lo que dificultó el paso peatonal de residentes, comerciantes y visitantes.

En el corredor peatonal Madero, en su cruce con la calle Palma, los transeúntes enfrentaron caos y empujones al caminar en medio de los obstáculos.

Personal ataviado con chaleco guinda, en el que se leía Secretaría de Gobierno, y elementos policiacos consultados coincidieron en que estaban pendientes del posible arribo de campesinos que salieron en caravana de los estados de Tlaxcala, Puebla y Veracruz, quienes intentarían ingresar al Zócalo con decenas de tractores.

Señalaron que por el momento no se retirarán los bloques de cemento ni las vallas.

Los trabajadores y policías resguardaron el acceso en las calles 5 de Mayo, Madero y 16 de Septiembre, en su cruce con Palma, así como en las avenidas 20 de Noviembre, Pino Suárez y 5 de Febrero, las tres con esquina en Venustiano Carranza.

Hombres y mujeres jóvenes optaron por saltar los muros, pero adultos y personas mayores de 60 años, algunos con bastón, hacían fila para caminar hacia el Zócalo, que también lució rodeado con vallas de popotillo metálicas, al igual que la calle Corregidora.

Decenas de reclamos recibieron las personas de chaleco guinda y los policías, entre los que no faltaron los recordatorios familiares. Una mujer preguntó molesta: “¿Por qué hacen esto? No se vale”, mientras, empleados, diableros y restauranteros batallaban para hacer su labor.

Luis Alberto, trabajador de una zapatería ubicada en la calle 16 de Septiembre, dijo: “Ya estamos acostumbrados a caminar en medio de las vallas”; sin embargo, lamentó que en ocasiones no se le permita el paso cuando tiene que acudir a una de las bodegas de la tienda en la calle Madero, a pesar de identificarse y vestir el uniforme del establecimiento.

Fernanda, procedente de la alcaldía Azcapotzalco y quien visita el Primer Cuadro una vez a la semana, dijo en tono molesto: “Cierran el Metro o tienes que dar la vuelta hasta el Templo Mayor; es muy incómodo y cansado que cierren todo. Ahora está vallado el Zócalo y no te dejan pasar por ningún lado”.