Se impone 3-1 a los azulejos en la Serie Mundial
Sábado 1º de noviembre de 2025, p. 9
El beisbol es un día a la vez. No se trata de cómo empieza un partido, sino de cómo termina. Miles de personas imaginaron ayer el primer campeonato de los Azulejos desde 1993. Lo hicieron antes de tiempo, como si ganar no consistiera en ser mejor de lo que fueron el miércoles, sino en lo que vendría después. La derrota ante los Dodgers de Los Ángeles (3-1) en el sexto juego, marcada por lanzamientos de vieja escuela y una última entrada a la altura de finales cinematográficos, resaltó la importancia de vivir el presente, especialmente en una Serie Mundial. Ahora los dos equipos definirán este sábado al monar-ca de las Grandes Ligas en el séptimo y último episodio, otra vez en territorio canadiense.
Abanderado por Yoshinobu Yamamoto y Kevin Gausman, los abridores del sexto duelo, el spli-tter regresó a la Serie Mundial. El lanzamiento que parece una recta, pero que pierde fuerza al acercarse al bateador estuvo al borde de la desaparición durante casi 20 años en las Grandes Ligas. Mike Scott ganó un premio Cy Young con él. Roger Clemens, Curt Schilling y John Smoltz prolongaron su carrera convirtiéndolo en una palabra tabú, debido a que se convirtió en el chivo expiatorio de las lesiones de ligamentos del codo en el deporte.
La escasez del splitter, un pitcheo que se lanza con los dedos índice y medio bien separados, generó temor y falta de conocimiento según algunos entrenadores. Muy pocos supieron cómo enseñarlo. Hasta que las cámaras de alta velocidad, con un sistema basado en radar que mide el giro y el movimiento de los lanzamientos, permitieron a los pitchers ver cómo salía la pelota de sus manos. En esta postemporada, los bateadores tuvieron los números más bajos contra este cambio de velocidad.
Gausman lo aprovechó en las primeras dos entradas. Acumuló siete ponches, incluidos los primeros tres de forma consecutiva, hasta que Will Smith conectó un doble al jardín izquierdo y Tommy Edman puso adelante a los Dodgers con la primera carrera. Shohei Ohtani y Smith, con par de chocolates ya en su cuenta, sumaron después otras dos rayitas para el 3-0 en la tercera alta. El splitter no hizo más que aumentar el atractivo de la serie, porque Yamamoto, con una velocidad cercana a las 95 millas por hora, controló dentro y fuera de la zona de strike a gran parte de los bateadores de los Azulejos, menos a George Springer, quien regresó a la alineación tras perderse dos juegos por lesión.
Springer, con una faja protectora en su costado derecho, bateó un sencillo al jardín central en la tercera baja y Addison Barger corrió hasta el home para la primera carrera de Toronto. A Yamamoto se le borró la sonrisa. Movió la cabeza de arriba hacia abajo, como en señal de aprobación al jardinero derecho, y dejó que el splitter hiciera más tarde el resto de su trabajo. Las dos últimas veces que los Azulejos ganaron el título (1992 y 1993) lo hicieron imponiéndose en el sexto juego. Ernie Clement mantuvo abierta esa posibilidad en la séptima con un doblete, aunque ya no frente al japonés, quien trabajó seis entradas para darle paso a Justin Wrobleski. Pero el zurdo salió del problema sin daños.
Kirk, golpeado
Toronto conectó sólo seis sencillos, tres menos que en el quinto juego y cinco por debajo del cuarto. Poco pudo hacer el mexicano Alejandro Kirk para cambiar la historia. En cuatro turnos al bate se ponchó dos veces –en el quinto y séptimo rollo– y falló con un elevado al jardín central antes de recibir un pelotazo. Springer, quien impulsó una carrera conectó dos sencillos –en el último de ellos quebró el bate por la mitad–, presentó dolores en un costado del cuerpo, pero aún y con necesidad de ayuda quiso terminar la noche dentro del diamante. El juego deparó un final de subidas y bajadas, especialmente para los locales.
El japonés Roki Sasaki relevó a Wrobleski y llenó las bases peligrosamente, pero Nathan Lukes, Bo Bichette y Daulton Varsho facilitaron su labor con sencillos y rodados que valieron ponches. Su salida no generó confianza. Tyler Glasnow tuvo que lidiar con una última entrada en la que Kirk recibió un pelotazo en la muñeca, Barger conectó un batazo que fue doble por regla –la pelota quedó incrustada en la orilla del campo y eso permite al bateador y a los corredores avanzar dos bases de forma automática– y sólo un doble play en un tiro inteligente de Kike Hernández pudo frenar la avanzada de los Azulejos, cuando parecieron soñar con la remontada.
La victoria de los angelinos resaltó el valor de los lanzamientos de Yamamoto, maestro del splitter y ganador de duelo crucial, pero a la vez sirvió para que Shohei Ohtani colgara un nuevo récord personal al alcanzar 12 extrabases en esta temporada e igualar los mismos números que Corey Seager logró en 2020.
Con información de Ap












