Sábado 18 de octubre de 2025, p. a11
Desde hace más de 14 años, los campeonatos del Tricolor en la Copa Mundial Sub-17 (Perú 2005 y México 2011) abren preguntas acerca de la estructura de fuerzas básicas, los problemas de formación en los clubes y el incremento en el número de extranjeros por cada mercado de transferencias. De las finales contra Brasil y Uruguay, menos de la mitad de los 42 jugadores que las ganaron pudieron mantenerse en el circuito profesional. Otros coleccionaron sólo recuerdos, se retiraron, participaron en reality shows de televisión, enfrentaron lesiones, carencias económicas y dedicaron sus últimos años a jugar en torneos amateur a cambio de una remuneración.
En la generación que dirige Carlos Cariño, los seleccionados más grandes tenían tres años cuando Antonio Briseño y Giovani Casillas marcaron los goles que definieron la final más reciente (2-0) contra la Celeste en el estadio Azteca. Durante las cinco ediciones posteriores, desde Emiratos Árabes Unidos hasta Indonesia, el equipo mexicano volvió dos veces a la última instancia de la Copa. Perdió en 2013 con Nigeria (3-0), en Abu Dabi, y contra el anfitrión Brasil, cuatro veces monarca de este torneo, cayó en 2019 (2-1) con remontada incluida.
“Muchos de esos campeones no eran conocidos antes del Mundial”, señala Cariño en conferencia de prensa al recordar aquellos partidos que cambiaron la historia del futbol mexicano. “Con el tiempo, aparecieron Giovani (Dos Santos), (Carlos) Vela, jugadores que cumplieron el sueño que todos alguna vez tuvimos. Los jóvenes hoy vi-ven en las redes sociales, quieren estar en el centro de las notas deportivas, pero deben tener los pies en la tierra. Mientras consiguen cosas importantes, los van a buscar. Esta historia debe de comenzar por ellos”.
La Copa 2025 en Qatar –del 3 al 27 de noviembre– será la primera que se juegue con un formato ampliado a 48 naciones en lugar de 24. México abrirá la primera fase del Grupo F con Corea del Sur (4 del mismo mes) y luego enfrentará a Costa de Marfil y Suiza, el 7 y 10, respectivamente. Según el reglamento de competencia, clasificarán a las series de eliminación directa los dos mejor ubicados de cada sector y los ocho mejores terceros. A partir de los dieciseisavos de final, si un encuentro termina en empate durante el tiempo regular, se decidirá al ganador mediante la tanda de penales sin prórroga previa.
El Tricolor clasificó al torneo al conseguir el título local de Concacaf ante Estados Unidos (3-1), en febrero de 2023. “Más que sentir presión, el Mundial nos ilusiona. México es una potencia en esta categoría y allá lo vamos a demostrar”, sostiene el delantero del Monterrey, Aldo de Nigris, sobre el objetivo marcado en la próxima cita de representativos menores. “Vamos a ir por el campeonato”.
A pesar de la ausencia del mediocampista de Tijuana, Gilberto Mora, en el plantel mexicano hay apellidos que remiten a antiguos jugadores del circuito nacional: Lucca Vuoso, hijo de Vicente Matías Vuoso; Aldo de Nigris, cuyo padre del mismo nombre fue figura en Rayados; Máximo Reyes, primogénito de Joaquín Reyes, y Abdon Turrubiates, heredero del ex portero Emanuel Turrubiates. Todos fueron considerados por Cariño para continuar su proceso mundialista con la Sub-17.
“Gilberto (hijo de Gilberto Mora, ex jugador de Tijuana) no está con nosotros, porque jugó el Mundial Sub-20 y la Copa Oro”, explica Cariño. “Lo que ha demostrado es que tiene la calidad para estar en la selección mayor. ¿A quién no le gustaría tenerlo? Hay que dejarlo crecer”.