Jueves 9 de octubre de 2025, p. 34
Nueva York. La cantidad de niños desplazados por la violencia de las pandillas en Haití se ha duplicado en los recientes 12 meses: ya son 680 mil quienes tuvieron que abandonar sus hogares, informó ayer el Fondo de la Organización de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Ania, de 15 años, es una de ellas. Fue violada cuando iba en busca de agua. “Han pasado muchas cosas en mi vida. Si no fuera valiente, no estaría aquí”, cuenta.
En Haití, “los niños no son víctimas colaterales. Son objetivo directo” de las bandas, alerta Unicef en su informe más reciente.
“La isla está al borde del colapso”, declaró Roberto Benes, director de la agencia para América Latina y el Caribe.
“No podemos permitir que esta generación sea olvidada”, añadió preocupado de que otras crisis en el planeta invisibilizan la situación haitiana.
La ONU denunció el año pasado que hubo 2 mil 269 delitos graves contra mil 373 niños en Haití. De ellos, 213 fueron asesinados, 138 resultaron heridos, 566 fueron víctimas de violencia sexual (incluidas 406 violaciones y 160 violaciones colectivas) y 302 fueron reclutados por bandas criminales.
La agencia estima que 2.7 millones de los casi 12 millones de habitantes del país viven en zonas controladas por las bandas.
Las principales víctimas son los menores que se encuentran solos y buscan refugio en edificios abandonados, escuelas o albergues improvisados sin agua potable ni sistemas sanitarios, condiciones propicias para la propagación de enfermedades, en particular el cólera.
“Para los niños de Haití, esta acumulación de crisis es sinónimo de una lucha diaria por la supervivencia, de escuelas cerradas, de hospitales desbordados y de infancias truncadas por la violencia, el abandono, la explotación y el hambre”, explica Unicef.
“El sistema educativo está siendo atacado (...) al menos uno de cada cuatro pequeños en Haití no está escolarizado”, lo que aumenta las probabilidades de ser reclutados por las bandas: “Menores de apenas 10 años se ven obligados a portar armas, hacer guardia o realizar otras tareas peligrosas”, afirma la agencia.
A pesar de esta grave situación, la institución no cuenta con el financiamiento necesario para programas humanitarios.
“Sin una inyección inmediata de recursos, los programas vitales están severamente limitados, privando a miles de la protección y la atención que necesitan”, apremió la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, al tiempo que reivindicó el derecho de los menores de edad haitianos a vivir seguros, sanos y en paz. “Depende de nosotros actuar ahora por la infancia de Haití”, aseveró.