Silencio en pesquisas del huachicol
or qué será que desde muchos rincones de la critica se olvidaron del huachicol fiscal?
Se trata de uno de los delitos de mayor importancia para los buenos y para los malos, desde luego. Tanto que no hay una cifra que ronde con certeza el daño que causa al erario ni lo que significa para la mafia involucrada en el asunto.
De ese tamaño es el delito y de ese tamaño ¿el olvido? en los espacios de crítica del país. Pero hay que preguntarlo otra vez: ¿se trata de eso, de la desmemoria? o es que ya se sabe, en donde debe saberse, que entre los delincuentes hay algunos de cuello blanco cuyos nombres no es bueno mentar.
Ni de broma se trata de un negocio. Se trata de un negocio ilícito sostenido por la labor de campesinos hambrientos o de marineros ambiciosos. Estamos hablando de un ilícito que para su comisión requiere de una gran cantidad de complicidades, la mayoría personajes con poder en todas las latitudes de la vida económica del país.
Limpiar el estercolero no será fácil, la madeja es grande y las investigaciones que hasta ahora se han realizado siguen las flechas de una brújula enloquecida que no halla rastros claros de entre pistas y pistas que rebotan de lado a lado en los ámbitos de poder. Indagar, acercarse a la verdad de este superilícito tardará, seguramente, más de lo presupuestado, aunque en el camino se puedan exhibir algunos nombres, identidades, que no perjudiquen a la investigación y que no significarán el fin de las pesquisas.
Habrá sustos, sustos grandes cuando se anuncie que agentes aduanales de peso, militantes y ex militantes de grupos con bandera azul y hasta morada, junto con banqueros de supuesta buena reputación, pudieran estar metidos en el asunto.
Así que el silencio que ahora pesa sobre el problema tal vez obedezca a los descubrimientos que de un lado y otro se han hecho, porque no sólo se trata de alguna parte de la sociedad, los manchados por este episodio de la corrupción son muchos y de muchas partes. Las investigaciones están abiertas, hay equipos importantes en búsqueda de los datos que den forma a una realidad que estalló en la cara de todos y que fue esta administración la que la denunció.
De pasadita
Un grupo de policías se manifestó ayer en varias calles de la ciudad para pedir que se hiciera justicia por los hechos ocurridos el pasado 2 de octubre. Visto así, sin mayores datos, podríamos estar de acuerdo con la protesta porque es necesario hacer justicia a los uniformados que recibieron la furia del llamado bloque negro, que nada tiene que ver con la protesta por aquel 1968.
No obstante, según nos informan, los policías que salieron a la calle recibieron la ayuda de algunos grupos ajenos, entre ellos las ONG No más presos inocentes, Asociación Plata y Oro de Policías y Bomberos Jubilados, un activista de nombre Rodolfo Basurto, miembro de una organización que lleva las siglas SINAPOL, a quien se identifica como simpatizante de organismos opositores al gobierno actual, y algunos uniformados que estuvieron bajo el mando de alcaldes contrarios a la política de la 4T.
Entonces, está claro, tal vez eso se pretendía, utilizar lo sucedido para golpear a la administración actual; por eso es importante, sumamente urgente, que se detenga a quienes infringieron la ley y se muestre que de ninguna manera el gobierno podrá ser omiso ante la ilegalidad. Eso, para apagar los fuegos que se empiezan a encender en otras latitudes. Así que cuanto antes mejor.