El propósito es forzar la salida del presidente Nicolás Maduro

Miércoles 1º de octubre de 2025, p. 29
Nueva York y Washington. El gobierno de Donald Trump sigue evaluando acciones militares contra Venezuela con el pretexto de su guerra contra las drogas, pero detrás del escenario –sin gran esfuerzo para ocultarlo– un grupo de secretarios y asesores promueven acciones a fin de conseguir un cambio de régimen en Caracas.
En un discurso ante un conclave inusual de los 800 oficiales de mayor rango de las fuerzas armadas de Estados Unidos este martes, el presidente Donald Trump justificó la destrucción de lanchas venezolanas por parte de la marina de Estados Unidos, afirmando, sin ofrecer alguna evidencia, que “cada barco mata alrededor de 25 mil personas”, aparentemente haciendo referencia a las drogas que, según su gobierno, estaban transportando.
El periódico The New York Times reportó ayer que funcionarios, encabezados por el secretario de Estado, Marco Rubio; el asesor presidencial Stephen Miller, y el jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) John Ratcliffe, están intensificando su esfuerzo para relevar al Maduro.
“El ejército estadunidense ha estado planeando operaciones contra sospechosos de narcotráfico en la propia Venezuela, como la fase siguiente de las acciones en esa nación, aunque la Casa Blanca aún no ha aprobado esa medida”, informaron al Times. Según esto, la idea es ampliar una campaña ofensiva escalando la presión militar para intentar forzar la salida de Nicolás Maduro, a quien Rubio ha acusado de encabezar la exportación de drogas y, por lo tanto, representa “una amenaza inminente” para los estadunidenses.
El presidente Donald Trump está desplegando en América Latina más peso militar y económico que cualquier otro jefe de la Casa Blanca desde Ronald Reagan”, afirma The Wall Street Journal.
Michael Shifter, el veterano analista del Diálogo Interamericano, afirma: “no hemos visto a un presidente estadunidense tan descarado y tan agresivo como Trump en América Latina. Su mentalidad es que la región es el patio trasero de Estados Unidos y su prerrogativa, en nombre de proteger a la patria y elevar lo de ‘Estados Unidos Primero’”, comentó al Journal.