Baches, grietas y registros sin tapa dificultan la movilidad vehicular


Lunes 15 de septiembre de 2025, p. 33
Entre el vaivén de camiones de carga y el tránsito de miles de autos, vialidades que conectan a la capital con los estados de México y Morelos se observan como un tablero agrietado con baches que comienzan en dimensiones pequeñas y al paso del tiempo se vuelven profundos, con parches mal colocados y tramos donde el suelo vibra al paso del transporte pesado.
En un recorrido por los límites de Iztapalapa con La Paz y Nezahualcóyotl, así como por la autopista México-Puebla y la carretera federal México-Texcoco, se constató que el pavimento dañado y registros sin tapa dificultan la movilidad de todo tipo de vehículos y pone en riesgo a los automovilistas, que sufren de constantes ponchaduras.
Gustavo Martínez, con 30 años de chofer en el paradero de Santa Martha, que conecta a la región de Ixtapaluca y Chalco, contó que hace dos meses una motociclista cayó en un bache y murió arrollada por un tráiler, y su hija resultó gravemente herida.
El camino de la Ciudad de México a Chimalhuacán también está plagado de baches, señaló Beatriz Urbano, quien además recordó que en un reciente viaje a Puebla “un tráiler se pasó a llevar cuatro carros” debido al deterioro de la autopista.
En los límites de la capital y La Paz se contabilizaron 32 oquedades en menos de 20 metros; en el lugar se atestiguó la ponchadura de llanta de un vehículo proveniente de Texcoco.
En el paradero de Indios Verdes, en la salida a Ecatepec, conductores deben maniobrar para esquivar hoyos que ponen en riesgo a peatones y pasajeros.
En el sur de la ciudad se observa un escenario similar: camiones de carga, pipas y hasta transporte público circulan a alta velocidad a la altura de El Caminero, en Tlalpan, con dirección a la salida a Cuernavaca, mientras sortean baches y la carpeta asfáltica levantada.
Uno de los puntos más complicados en esta arteria es en la entrada a la capital. Justo en la intersección con San Fernando y Viaducto Tlalpan se observó a pipas descendiendo a exceso de velocidad, es decir, por encima de lo permitido para este tipo de cruces, la cual indicaba 50 kilómetros por hora.
Antes de llegar a esta zona limítrofe con el estado de Morelos, la vialidad también se vuelve complicada y reducida para unidades de carga. Por ejemplo, a la altura de la Universidad Intercontinental, en Insurgentes Sur, se observan baches que generan que cualquier tipo de vehículo pase a trompicones.
A la salida a la carretera México-Toluca, en el poniente de la ciudad, la carpeta asfáltica se encuentra en mejor estado, con contados baches y algunas coladeras hundidas, pero con una alta afluencia de autobuses de pasajeros, tráileres y camiones de carga que saturan la vialidad, lo que obliga a los automovilistas a ir a vuelta de rueda a lo largo de la avenida Constituyentes, a lo que ayer por la mañana se sumó el cierre en dos tramos del carril de alta velocidad por trabajadores de limpia que podaban el pasto del camellón.