El tercer encuentro se disputará mañana en el estadio Panamericano

Viernes 12 de septiembre de 2025, p. a35
Diablos Rojos tardaron una década en volver a obtener un campeonato. Fue una espera prolongada y agotadora que culminó por fin con su título 17 la temporada pasada. El gusto fue tanto, que no están dispuestos a volver a esperar; en esta campaña tienen impaciencia por calarse de nuevo la corona de la Serie del Rey. Con esa premura ganaron el segundo juego en el estadio Alfredo Harp Helú, donde asestaron un 12-1 a los Charros de Jalisco, que ahora se preparan para recibir mañana el tercer duelo.
Durante seis entradas fue un duelo cerrado, de esos que gustan a los aficionados clásicos. Con mucho pitcheo que apenas permitió que movieran la pizarra, en las que los Diablos tuvieron una ventaja mínima por 2-1. En los montículos todo transcurría con cierta rapidez, pues los bateadores desfilaban sin hacer estragos, neutralizados por los lanzamientos y por el buen oficio defensivo de ambos equipos. Hasta ahí se cumplía la promesa del entrenador de Charros, Benjamín Gil, quien había advertido que su novena era demasiado buena como para no empatarlo en este partido.
Pero llegó la séptima, y en verdad fatídica para los de Jalisco, que vieron cómo los pingos les asestaron un rally de cuatro carreras que obligaron a Gil a cambiar de lanzadores: tres estuvieron en la loma sin lograr contener el ataque desaforado de los locales. El marcador tras ese rollo quedó 6-1 y parecía que sería suficiente.
No lo fue. En el octavo episodio los Diablos los castigaron de nuevo y de forma aún más agresiva. Los escarlatas les asestaron otro rally, pero ahora de seis carreras.
Tres de las anotaciones de ese inning las produjo el panameño Allen Córdoba, un pelotero que hasta mayo de este año jugaba con los de Jalisco. Ahora viste la casaca escarlata y en su anterior equipo deben de arrepentirse de haberle permitido que se marchara. En este encuentro estuvo imparable, anotó dos veces, una de ellas con un asombrosa carrera desde la primera base hasta el home. Conectó en cuatro de sus cinco turnos al bate, uno de ellos fue un vuelacercas, y empujó cuatro anotaciones. Fue pieza fundamental en este triunfo.
Benjamín Gil no cedió pese al resultado y aseguró que volverá a la Ciudad de México para coronarse. La única queja que manifestó fue contra la afición de los Diablos, a la que nunca quisiera representar.
“Son mal educados. No todos, pero sí algunos. Quizás se escaparon algunos hooligans del futbol. No es el tipo de gente que me gustaría representar”, dijo sin darle demasiada importancia a esta nueva derrota.