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Falleció Giorgio Armani, ícono de la moda italiana

Anuncian jornada de luto en Milán el lunes, día en que se celebrarán sus exequias

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▲ El diseñador italiano arremetía contra las líneas rígidas y recargadas que tradicionalmente definían la alta costura.Foto Ap y Afp
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de septiembre de 2025, p. 9

Roma. El diseñador italiano Giorgio Armani, ícono de la moda y creador de un imperio en la industria del lujo, falleció a los 91 años, rodeado de sus seres queridos, anunció ayer el grupo empresarial.

“Con una tristeza infinita, el Grupo Armani anuncia el deceso de su creador, fundador y motor infatigable: Giorgio Armani”, señaló el consorcio en un comunicado.

Armani abrió su casa de moda epónima en Milán en 1975 y ascendió rápidamente a la cima de la industria.

El alcalde de esta ciudad, Giuseppe Sala, anunció una jornada de luto en la capital económica italiana el lunes, día en el que se celebrarán sus exequias.

“¡No puede ser! Milán perdió una parte de su historia. Lo que hacía era increíble. Ponía toda su alma”, dijo a Afp Emanuela Ottolina, una mujer de 71 años, al salir de una exposición en Milán que repasa los 20 años de la colección Armani Privé.

Siguiendo los deseos del diseñador, su funeral será privado, pero habrá una capilla ardiente abierta al público el sábado y domingo en el Armani Teatro en Milán.

“En esta empresa siempre nos hemos sentido como una familia. Hoy, es con profunda emoción que sentimos el vacío dejado por quien fundó y alimentó esta familia con visión, pasión y dedicación”, lamentó el grupo en su comunicado.

“Pero es precisamente en su espíritu que nos comprometemos a proteger lo que él construyó y a hacer avanzar su empresa en su memoria, con respeto, responsabilidad y amor”, añadió.

Armani había cancelado su desfile de moda masculina en Milán a principios de año por motivos de salud. También se perdió el desfile de Armani Privé en París por recomendación médica.

En una entrevista con el Financial Times publicada pocos días antes de su muerte, el creador declaró que los planes para su sucesión consistían “en una transición progresiva de responsabilidades hacia sus colaboradores más cercanos, como Leo Dell’Orco”, responsable del diseño de las colecciones masculinas, “los miembros de (su) familia y todo el equipo de trabajo”.

Elegancia, sobriedad y creatividad

“Con Giorgio Armani, desaparece una figura emblemática de la cultura italiana, que supo transformar la elegancia en un lenguaje universal. Su estilo sobrio e innovador redefinió la relación entre la moda, el cine y la sociedad, dejando una huella indeleble en las costumbres contemporáneas”, reaccionó el ministro italiano de Cultura, Alessandro Giuli.

“No sólo fue un maestro de la moda, sino también un reconocido embajador de la identidad italiana en todo el mundo”, afirmó.

La jefa del gobierno, Giorgia Meloni, alabó su “elegancia, sobriedad y creatividad” para “realizar la moda italiana e inspirar al mundo. Un trabajador incansable, un ícono y un símbolo de lo mejor de Italia”, escribió en X.

Para Armani, la elegancia significaba sencillez. Ese principio, aplicado con gran éxito a lo largo de cinco décadas de carrera.

Conocido por los admiradores de la industria como el Rey Giorgio, Armani se convirtió en sinónimo del estilo italiano y ayudó a vestir a una generación de mujeres de éxito, así como a hombres que deseaban un atuendo menos recargado.

Combinó el estilo del diseñador con la atención al detalle del ejecutivo, dirigiendo un negocio que generaba miles de millones de dólares en ingresos cada año y contribuyendo a convertir la moda italiana contemporánea en un fenómeno mundial.

Pese a ser uno de los diseñadores más importantes del mundo, protegió con cuidado su intimidad y mantuvo un férreo control sobre la empresa que creó, conservando su independencia y trabajando con un grupo reducido y de confianza formado por miembros de su familia y asociados de larga data.

Giorgio Armani, un hombre apuesto de penetrantes ojos azules y pelo plateado, solía decir que la finalidad de la moda era hacer que la gente se sintiera bien consigo misma, y arremetía contra las líneas rígidas y recargadas que tradicionalmente definían la alta costura.

“Es una debilidad mía que afecta tanto a mi vida como a mi trabajo”, declaró en 1990 a Made in Milan, el documental de Martin Scorsese sobre él.

“Siempre estoy pensando en añadir o quitar algo. Sobre todo en quitar algo. No soporto elexhibicionismo.”