Su costo es 85% más bajo que los de marca
Del 3 al 6 de septiembre será la convención de distribuidores y laboratorios
Lunes 25 de agosto de 2025, p. 5
Desde su inclusión en la normatividad sanitaria con la categoría de intercambiables, en 1998, el desarrollo de los medicamentos genéricos en México no se ha detenido y ya representan 70 por ciento del consumo nacional. Además de tener el mismo efecto terapéutico que el innovador, representan un beneficio económico, pues su costo es 85 por ciento más bajo en promedio. La mayoría de lo que se consume en el país se produce aquí mismo, afirmó Santiago Bojalil, presidente de la Asociación Nacional de Distribuidores y Laboratorios de Medicamentos Genéricos (Dilameg).
El empresario advirtió que el sector seguirá en crecimiento, pues depende de la innovación y, en particular, del vencimiento de patentes. Alrededor de 125 sustancias concluirán sus derechos de propiedad industrial en los próximos cuatro a cinco años, con lo cual será posible su fabricación como genéricos, principalmente los que se elaboran por síntesis química.
En un principio se denominaron intercambiables como parte de la estrategia que se diseñó para impulsar el sector y garantizar que los productos genéricos son seguros, de calidad y eficaces, pues pasan pruebas de bioequivalencia y biodisponibilidad.
Otro panorama es el de los biotecnológicos, aquellos que se fabrican mediante ingeniería genética. Aunque se rigen por las mismas normas de propiedad industrial, la elaboración de biocomparables es complicada. Se requieren estudios clínicos realizados en el país y asegurar mediante diversas pruebas biológicas que actúan de la misma forma que los innovadores.
En entrevista, a propósito de la realización de la séptima convención de Dilameg, del 3 al 6 de septiembre, Bojalil explicó que el problema es que no ha habido, hasta ahora, el fomento para la creación de esta tecnología.
Si bien existen leyes y normas oficiales en la materia, agregó, también hay vacíos legales que generan incertidumbre para la inversión. De ahí que en México, el crecimiento de los biotecnológicos ha sido lento.
Sobre los objetivos del Plan México, en el que se incluye el fomento a la inversión en la industria farmacéutica, aseguró que las empresas apoyan el proyecto, pero es necesario ajustar la normatividad.
Reconoció el interés del gobierno federal por atraer recursos, lo que deberá incluir el respaldo a los laboratorios farmacéuticos nacionales que forman parte de una larga tradición en el sector y contribuyen con el crecimiento económico, pues generan empleo –más de 50 mil puestos directos en las 51 empresas asociadas a Dilameg–, pagan impuestos “y todo se queda en México”.
El comentario surgió en relación con el riesgo que la asociación advierte de una mayor incursión de empresas extranjeras, principalmente de India, que es una “potencia en la industria química, farmoquímica y farmacéutica”, pero pueden convertirse en una competencia desleal.
Bojalil señaló que en India, los salarios de los trabajadores son “mucho más bajos”. Refirió que un empleado de manufactura con título profesional percibe el equivalente a 30 pesos diarios, mientras en México, el mismo trabajador gana 400, aproximadamente.
Además, señaló, en la nación asiática tienen “mejores costos de producción”.
Por eso, cuando participan en las licitaciones públicas del sector salud, ofrecen precios de medicinas muy bajos y ganan los contratos, pero esas empresas “no están comprometidas con el país; venden en otros lugares y hemos visto que incurren en incumplimientos de sus compromisos porque no entregan a tiempo al dar prioridad a otros clientes”.
En lo que respecta al sector privado, las farmacéuticas de India tienen una presencia menor en México, lo que se debe, en parte, a que la industria nacional cuenta con la experiencia de fabricación y distribución en cualquier punto de la República.