n la versión que circula en redes sociales sobre la historia de la construcción de la Unidad Habitacional Esperanza, localizada en la colonia Narvarte de la capital, se aduce que la concepción de la misma partió de un joven empleado del Banco de Obras y Servicios Públicos, de origen español y de nombre Ramón Ramírez Gómez.
Llegado a México tras el ahogo en sangre del intento republicano, el maestro Ramírez Gómez forjó una perspectiva marxista que, desgraciadamente, no ha sido lo suficientemente resaltada. Adscrito al Instituto de Investigaciones Económicas, el también profesor de la Escuela Nacional de Economía fue un académico comprometido social y políticamente. Desde el marxismo produjo sendas críticas a posiciones como las de Raúl Prebisch, elaboró explicaciones sobre el papel de la moneda y la banca desde las diversas teorías en pugna y polemizó con economistas españoles a propósito del subdesarrollo.
Publicó, además, uno de los primeros libros en favor de la Cuba revolucionaria en 1960. Aquel grueso volumen contenía no sólo valoraciones políticas, sino densas explicaciones económicas que permitían entender el fenómeno insurreccional isleño. Como demostró recientemente el investigador Juan Alberto Salazar, aquel ensayo pro cubano generó una respuesta visceral por parte de la derecha empresarial, quien azuzó el anticomunismo, encontrando beneplácito en la burocracia universitaria. Quizá por ese episodio el compromiso del economista se concentró en favor de la causa de una nueva reforma universitaria. Así, en el segundo lustro de los años 60, encontramos su esfuerzo por pensar el cambio al interior de la institución educativa, especialmente desde la tribuna que de Historia y Sociedad, revista fundada por Enrique Semo en 1965. El clímax de aquel proceso fue la compilación que hizo Ramírez Gómez de documentos sobre el movimiento de 1968, primero como números especiales en la citada revista durante el verano contestatario y que después tomó cuerpo en El movimiento estudiantil en México.
Sin embargo, el motivo que desató este relato evoca el papel de Ramírez Gómez respecto a su papel en la construcción de la vivienda colectiva en la ciudad y que remite directamente a su tesis de licenciatura, titulada El problema de la habitación: aspectos sociales, legales y económicos
. Fiel a la aproximación marxista, el joven economista elaboró explicaciones que partían de una concepción de la totalidad. Es decir, no miraba exclusivamente las dimensiones económicas de la vivienda, sino que recurría a la perspectiva histórica de la conformación material de la urbe. Aunque dentro de un paradigma exclusivamente europeo, que consideraba el tránsito del feudalismo al capitalismo, su intencionalidad era mostrar la lógica del despliegue de las ciudades en una nueva forma civilizatoria en la que miles o millones se veían privados de una habitación dignificada.
La vivienda era considerada en aquel documento en su sentido económico-productivo, pero también como un bien que satisfacía necesidades concretas. De igual forma, era referido el aspecto político del paso del liberalismo al nuevo ciclo interventor del Estado respecto a la construcción.
Concluía que, manteniendo el régimen capitalista, sólo la intervención estatal en favor de construcción de la vivienda popular podía favorecer a las clases trabajadoras, pero para ello era necesario un nivel superior de salarios. Observaba también que las restricciones a las alzas de la renta dañaban al ciclo económico, y aunque positivo en lo social, dentro del régimen capitalista aquella medida resultaba problemática. Por ello, aún con toda la posibilidad de intervención estatal, en el régimen de relaciones sociales imperantes, el economista miraba que no había posibilidad de alcanzar una solución integral de la desigualdad habitacional. En tanto persistiera el régimen de sagrada e inviolable propiedad privada
, sólo se paliaba algunos aspectos.
En 1948 la preocupación central era por lo que en el lenguaje de las izquierdas se denominaban como las colonias proletarias
. Sin embargo, es importante evocar este tipo de aproximaciones que partían de una consideración desde el mirador de la totalidad. La vivienda, como cualquier otra dimensión conflictiva, podía ser abordada desde diversidad de enfoques y su mejor comprensión sólo se daba si se le pensaba articuladamente.
En enero de 1972 falleció Ramírez Gómez en la Ciudad de México. El semanario Oposición del Partido Comunista Mexicano dio cuenta del velorio ocurrido en la entonces Escuela Nacional de Economía. En la despedida del maestro hablaron Wenceslao Roces, Gerardo Unzueta, Pablo Gómez y Fernando Carmona. Se evocó ahí su papel en la lucha por la libertad en los difíciles años represivos de los años 60. Al justo reconocimiento de aquel compromiso habría que sumar su esfuerzo por atender el problema de la vivienda desde un punto de vista de las izquierdas, es decir, rebasando la comprensión fragmentaria.
* Investigador de la UAM, autor de En el medio día de la revolución